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"El colectivo LGTBI lleva el demonio en la sangre": Así es FREPAP, la segunda fuerza política en Perú

FREPAP ha conseguido alzarse con la plata tras las elecciones peruanas. La secta ultracristiana se ha hecho con 16 escaños del Parlamento.

"El colectivo LGTBI lleva el demonio en la sangre": Así es FREPAP, la segunda fuerza política en Perú

El Frente Popular Agrícola del Perú (FREPAP) es una congregación religiosa israelita que mezcla elementos cristianos y católicos con creencias de los antiguos incas y en algunos factores se asemejan a los mormones. En apariencia podrían recordarnos a cualquier película bíblica que las cadenas ponen durante las tardes de Semana Santa, pero la escalofriante realidad es que han pasado a ser el segundo partido más votado en Perú tras las elecciones celebradas el domingo 2 de febrero.

Los miembros del FREPAP creen que Perú es la tierra prometida y que por ello debe gestionarse a través de "principios morales". Son conocidos también como los Israelitas del Nuevo Tiempo y basan sus campañas en "el agro al poder". Gracias a ello han conseguido hacerse con 16 escaños del Parlamento y colocarse como primera fuerza en lugares como Ucayali.

Perú lleva desde 2016 inmerso en una lucha entre el poder legislativo y el poder ejecutivo, ya que una parte de los parlamentarios intentó blindar un caso de corrupción que implicaba a Keiko Fujimori, líder del partido Fuerza Popular, que finalmente ha terminado en prisión. En aquel momento, FREPAP vio la luz: fueron puerta por puerta difundiendo su mensaje anticorrupción, vendiendo que ellos eliminarían la inmunidad parlamentaria de los diputados.

Las minorías

Sin embargo, no todos los propósitos de la FREPAP son buenos y beneficiosos para la sociedad. Este partido pretende silenciar debates sociales que piden avances como el matrimonio entre personas del mismo sexo (que en España es legal desde 2005) o la igualdad de género. Según el partido teocrático, el colectivo LGTBIQ "lleva al demonio dentro del corazón y la sangre", por lo que aboga que la educación pública no aborde temas como la educación sexual en las aulas.

Los más perjudicados son, indudablemente, las personas pertenecientes al colectivo. Unas creencias que manchan los propósitos de la FREPAP, que pretende reducir la jornada laboral y rescatar la idea de la "curul vacía", que podrá sancionar o eliminar de un escaño a aquellos que no cumplan con su labor.

Sin embargo, a pesar de prometer medidas anticorrupción e intentar mejorar las condiciones de los trabajadores, de nada sirven sus iniciativas, ya que los avances sociales parecen haberse estancado.

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