Necesito un enchufe para la nevera, necesito un enfuche para el microondas, necesito un enchufe para el ordenador, para el móvil... Y ahora necesito un enchufe para el coche. Esta última frase nos puede sonar aún un poco rara, y es que la implatación del vehículo eléctrico todavía no se ha consolidado en nuestras vidas. Sin embargo, a nuestros padres y abuelos también les pareció raro tener enganchado un aparato que podía calentar los alimentos en un instante, en lugar de usar el fogón de toda la vida, y aquí están, las microondas como un electrodoméstico más, que parece llevar toda una vida con nosotros.
Según un informe publicado por Bloomberg New Energy Finance (BNEF), se espera que en los próximos 20 años los vehículos eléctricos se asienten en la sociedad. Este dato nace de una bajada en el precio de las baterías de estos coches, que cayó un 35% el año pasado. De modo que en algunos años podremos encontrar vehículos eléctricos tan asequibles como sus homólogos en gasolina, ya que se estima que para 2040 los coches elécticos tengan un coste por debajo de los 22.000 dólares.
A pesar de ello, estas cifras parecen muy lejanas para el mercado del petróleo. La Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) confía en que las cifras de venta de coches eléctricos se sitúen en un 1% en 2040. La razón de este dato tan bajo se debe a que en la actualidad los coches eléctricos tan solo representan un 0,1% del mercado mundial de automóviles.
El petróleo está cerca de vivir una crisis similar a la de 2014
Sin embargo la estadística no está en predisposición de darles la razón. Las ventas de coches eléctricos crecieron un 60% en 2015. Esta dato coincide con el crecimiento que Testa prevee para el año 2020, y es la misma tasa que provocó la revolución de 1910, que desplazó el coche de caballos en detrimento del Ford T.
El informe Bloomberg calcualaba cual sería el efecto de un crecimiento continuo del 60% sobre la industria del petróleo, y concluía que de ser así, los vehículos elétricos podrían reducir la demanda de petróleo en dos millones de barriles al día en 2023. Esta cantidad provocaría una crisis similar a la vivida en 2014.
A pesar de lo optimista de la situación, una tasa de crecimiento del 60% ininterrumpida es bastante exagerada, por lo que BNEF estudia cual sería el año real en el que esto se produjera, teniendo en cuenta que el comprador medio pudiera acceder a un vehículo eléctrico. Según el informe el año será 2028.
Vehículos eléctricos y renovables como futura alternativa al sistema actual
Una de las trabas que se podría apuntar para impedir el auge de estos vehículos sería la cantidad de electricidad que se necesitaría para abastecer a todos los vehículos que se preveen que existan en el mercado. Para 2040 se estima que este tipo de coches utilizarán 1.900 teravatios-hora de electricidad, lo que equivale al 10% de la electricidad producida en el mundo el año pasado.
Este es el momento en el que entran en juego las renovables. Desde 2013, la capacidad de generación de energía renovable es mayor que la suma producida con carbón, gas natural y petróleo. Los coches eléctricos ayudarán, por lo tanto, a buscar una vía de uso estable a las energías solar y eólica. Estamos hablando de una hipotética red eléctrica más limpia y respetuosa con el medio ambiente.