El nuevo billete de cinco libras prometía traer la felicidad para todos los cocainómanos de Inglaterra. "Al ser de plástico, los turulos salen perfectos y no se quedan grumos pegados", se había podido leer en más de un foro de internet adicto al polvo blanco. Sin embargo, lo que parecía ser una agradable nevada terminó por convertirse en una toda una tormenta: el nuevo billete corta la nariz.
Esa ha sido la queja general entre los usuarios de la droga que suele esconderse en botes de Nesquik. Las heridas ya tienen hasta un nombre: Winstoned, en referencia a Winston Churchill, que aparece con mirada desafiante estampado en el billete, observándote mientras te metes esa loncha entre pecho y espalda.
En medio de toda la polémica, ahora los cocainómanos se muestran muy decepcionados: "todos creíamos que los nuevos 'fivers' eran un regalo del cielo para esnifar porque se enrollaban perfectamente y si compartes el turulo con alguno y se queda con el billete, tampoco es una debacle financiera. Ahora, nos estamos dando cuenta de que si algo es demasiado bueno para ser verdad, generalmente es así", ha explicado un aficionado al polvo.
Lo cierto es que compartir los mencionados 'turulos' puede comportar riesgos si, además, se presentan cortes o heridas en la nariz. El riesgo de contraer hepatitis B y C, así como el VIH se encuentra presente. Aunque, en este último caso, no hay unanimidad, y algunos expertos relatan que el riesgo es muy bajo. Pero, como siempre, mejor prevenir antes que lamentarlo.
Mientras tanto, los nuevos billetes de plástico continúan levantando críticas entre los usuarios. Un grupo vegano pidió su retirada porque consideraban que era "ofensivo" que incorporaran trazas de sebo, producto de origen vegetal que se encuentra presente en el polímero, material del que se han fabricado estos nuevos billetes.
De hecho, 90.000 personas llegaron a firmar una petición para que el billete no continuara en circulación, para evitar "una situación inaceptable para todo slos veganos, vegetarianos, hindúes, sijs, jainistas y demás grupos sociales que vivien en el Reino Unido".
Mientras tanto, en medio de toda la vorágine del Brexit, el Gobierno de las islas se ha mantenido callado y continua poniendo el billete 'cortanarices' en circulación. Afirman que el nuevo diseño y la inclusión del polímero permite contar con un billete más "fuerte, seguro e higiénico", aunque no sabemos si todos los adictos a las rayas comulgan con esa idea.
Ahora los 'drogainómanos' de Gran Bretaña tienen claro que no van a soportarlo mal. No quieren un billete que 'les toca tanto las narices'.
