Tras los atentandos en Las Ramblas de Barcelona, los Mossos d'Esquadra efectuaron de manera laboriosa una reconstrucción de los movimientos de los terroristas para tratar de conocer cómo habían ejecutado sus ataques. Paralelamente y de manera independiente, el medio digital Público, ha podido contactar con fuentes del ámbito de Inteligencia que han revelado, entre otras confidencias, que el imán de Ripoll, cerebro de los atentados, fue confidente del servicio secreto español hasta la víspera del ataque.
Este mismo medio ha tenido acceso también a materiales procedentes del Centro Nacional de Inteligencia, que eran informes secretos sobre Abdelbaki Es Satty y su célula yihadista. Pero fue La Vanguardia el diario que recibió la filtración del 'Informe cronológico de actividad de los investigados' con el que se pretendió demostrar que todo lo aportado por el CNI a los investigadores pudo ser reconstruido a posteriori. Este informe fue entregado por los Mossos al Juzgado Central Nº4 de la Audiencia Nacional el 25 de octubre de 2018.
Es importante aclarar que el material confidencial del CNI que Público ha divulgado en exclusiva, aparecen datos y hechos que esta institución obtuvo por su cuenta, sin ningún tipo de relación con los datos extraídos de los móviles del comando capturados y analizados por los técnicos policiales.
Más datos confidenciales del CNI
La fuente protegida del periodista Carlos Enrique Bayo, explica así los motivos: "Todos los cuerpos policiales tuvieron acceso desde el minuto 1 al clonado de todos los dispositivos que se hizo en la Unidad Operativa de Información de los Mossos, que fueron los que los obtuvieron". Y añade que "el CNI lo sabía perfectamente, así que todos los informes que elaboró y aportó a la investigación obviaron los datos que se podían obtener directamente de ese análisis. Además, no tuvo acceso físico a esos aparatos, puesto que ya estaban a disposición judicial".
En el último informe filtrado, otro reservado del CNI que se cedió a los investigadores policiales, se especifican los contactos del cabecilla Es Satty en el centro neurálgico del salafismo (movimiento islámico de ultraderecha), en los suburbios del noreste de Bruselas, así como los datos del viaje que hizo el mismo a Bélgica entre el 26 y el 28 de marzo de 2017. El CNI pudo tener acceso a datos de vuelos, reservas de billetes, números de pasaportes, de teléfono, e-mails y hasta números de VISA.
En este nuevo informe, el CNI también desvela que Es Satty se introdujo en los círculos del salafismo extremo a través de la familia Aquichouh. Tres de sus miebros son cabecillas de la red yihadista en Bélgica, controladores de importantes mezquitas, y ahora se sabe que Inteligencia pudo acceder a sus números de teléfono y correos electrónicos.
Responsables trasladados al extranjero
Cabe repetir que esta reconstrucción no forma parte del trabajo de los Mossos, porque es una información que no está disponible en los móviles que ellos recuperaron. Son informes redactados al estilo que el CNI utiliza en sus informes reservados para las fuerzas y cuerpos de seguridad, y algunos de sus datos fueron luego empleados para pedir diligencias judiciales.
Estas fuentes secretas a las que Público ha tenido acceso, desvelaron que los dos controladores encargados de contactar con el imán de Ripoll como confidente, fueron enviados al extranjero tras el fracaso de esta operación encubierta. Por su parte, el responsable del CNI en Girona se encuentra en estos momentos en un país de África desconocido. Y la persona que se encargó del imán desde el cuartel general en Madrid se ha trasladado con su familia a una capital de Latinoamérica. Por supuesto, sus identidades y sus posiciones reales no se pueden desvelar para no poner en peligro la seguridad de las fuentes de la exclusiva, ni la de los agentes encubiertos.
El medio que da la noticia insiste en aclarar que el atentado que desgraciadamente se produjo fue yihadista, tras un grave fallo de inteligencia, pero que no es fruto de una conspiración de ningún tipo.
