El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) elabora informes periódicos en los que no deja lugar a dudas: Rusia y Marruecos ejercen los espionajes más "agresivos" que se despliegan a lo largo de nuestro país. No solo por el uso masivo de Pegasus, sino también por otro tipo de prácticas.
La Inteligencia marroquí cuenta en España con muchos más agentes que cualquier otro país extranjeros, aunque reconocen que las tácticas empleadas por sus agentes son mucho más "burdas" que las empleadas por los rusos, chinos, venezolanos o cubanos, otros países con espías habituales, constatados y agencias catalogadas como "países hostiles".
Cuba, por ejemplo, destaca por monitorizar los movimientos sociales de disidentes del castrismo y buscar activamente apoyo político, dentro de España y en la UE, para legitimar sus propios intereses dentro del ámbito internacional. Para ello, utiliza funcionarios con inmunidad diplomática en sus embajadas y el país receptor suele conocer quién es oficial de inteligencia, aunque el CNI también denuncia "agentes itinerantes". Con ello, Cuba busca captar y explotar fuentes, así como obtener financiación aludiendo las sanciones internacionales que rigen sobre el país.
En el caso de los operativos que ha realizado Marruecos en toda España, han sido aireados desde hace una década por el CNI en los tribunales con bastante asiduidad para evitar que los espías del país vecino obtengan la nacionalidad y, con ello, 'quemarlos'. Como hemos comentado, son mucho más agresivos y plantean un reto diferente.
La DGED marroquí
En los informes del contraespionaje del CNI es frecuente toparse con la DGED, el acrónimo de la Dirección General de Estudios y Documentación. Se trata del servicio de inteligencia exterior de Marruecos, que cuenta oficialmente con más de 4.000 agentes a su disposición.
Se trata de una agencia dirigida desde 2005 por Yassine Mansouri, amigo íntimo de Mohamed VI, según consta en las sentencias y resoluciones judiciales a las que ha tenido acceso el diario Las Provincias, y se encuentra detrás de la gran mayoría de operaciones descubiertas en España a lo largo de los últimos años.
Además, en territorio español se han destapado otras agencias de seguridad marroquíes, como la Dirección de Inteligencia Militar, la Dirección General de Vigilancia del Territorio o la Dirección General de Asuntos Internos. Sin embargo, en principio, no están volcadas en el exterior.
Conflictos
Solo en el último año, el CNI ha registrado dos conflictos importantes con los servicios secretos de nuestro país vecino. El primero fue la entrada de agentes marroquíes en Ceuta en mayo de 2021, aprovechando la apertura de la valla y el acceso de 8.000 ciudadanos a nado. Estos agentes buscaban recopilar información, según el CNI, de infraestructuras y protocolos de las fuerzas de seguridad de la ciudad. El segundo fue la detección, casi en las mismas fechas en Logroño, de varios espías en las inmediaciones del hospital en el que se encontraba ingresado Brahim Ghali, líder del Frente Polisario.
Los encontronazos entre el CNI y los servicios secretos marroquíes que operan en España son habituales. El Supremo, a partir de resoluciones dictadas entre 2011 y 2013, sentó doctrina obligando al CNI a informar de los motivos para no conceder la nacionalidad o pedir la expulsión de un extranjero, sino que tenían que ofrecer "un mínimo de datos sobre las razones determinantes de la decisión".
El CNI, desde entonces, quema agentes y destapa las operaciones que efectúa el espionaje marroquí. En julio de 2013, por ejemplo, reveló una trama en Granada y su relación con el consulado marroquí en Almería, que dirigía este grupo, vinculado a los agentes de la Dirección General de Vigilancia del Territorio de Tetúan.
Operaciones
Otra de las operaciones se produjo en marzo de 2015, cuando el CNI publicó la mayor red de espionaje marroquí para expulsar a su cabecilla. Era un grupo radicado en Barcelona y que actuó desde 2000. Elaboraba "numerosos informes periódicos", "favoreció la difusión de ideologías extremistas religiosas" por orden de Rabat y usó "una red de colaboradores y confidentes distribuidos por las cuatro provincias catalanas para [...] manipular las voluntades de los representantes musulmanes en Cataluña".
Otra sentencia de la Audiencia Nacional de enero de 2020 destapó una red de la DGED que operó entre 2008 y 2016 con base en el Consulado de Marruecos en Las Palmas de Gran Canaria. Y un fallo del mismo tribunal en septiembre de 2021 descubrió otra trama que trabajó bajo la tapadera de un supuesto desertor del ejército marroquí entre 2002 y 2018.