Si los escándalos relacionados con el Rey Juan Carlos nos parecían pocos, ahora llega uno nuevo. En este caso, en forma de grabación realizada al propio monarca en 1990 por parte de los servicios secretos españoles, el CESID -ahora denominado CNI-.
Según publica 'OK Diario', el Rey Emérito confesaba a un empresario de la mayor confianza, su amor por la diseñadora mallorquina Marta Gayá, sobre lo que directamente aseguraba lo siguiente: "nunca he sido tan feliz".
Al parecer la relación habría durado desde finales de la década de 1980 hasta 2003. Durante dicho período, algunos medios especularon con la posibilidad de que existiese dicha relación e incluso algunos llegaron a apuntar que la Reina Sofía se había planteado seriamente el divorcio de don Juan Carlos y marcharse a vivir a Londres.
Tal y como se evidencia en las grabaciones en las que se confirma la noticia, el Rey llegó a recibir presiones para que abandonase su relación extramatrimonial. Al parecer, un amigo de la familia mantuvo un encuentro con el entonces jefe de Estado: "lo tuve que mandar callar... le dije que yo no me metía en su vida privada. Que él hiciera el favor de no meterse en la mía. Comprendo que soy un hombre público pero yo sé muy bien lo que debo hacer".
Al parecer, en algunos círculos cerrados se empezaba a comentar que la relación iba en serio, e incluso que algún amigo del Rey le había dejado su barco y que había mostrado sus quejas porque el monarca lo había empleado para continuar con la infidelidad. Así lo comentaba con su amigo empresario: "yo le suelto: oye, un momento, tú tienes un barco, se lo prestas a un amigo y este amigo lleva tres putas, pues tú qué tal. 'Pues yo no volvería a prestarle el barco'. Digo, pues yo sí, mira. 'Ah qué horror vuestra Majestad es el Rey', me dice".
Juan Carlos se muestra en todo momento con un tono poco conocido en él, lo que evidencia que su relación con el empresario con el que mantiene la conversación -cuya identidad se desconoce- era más que íntima.
El Rey alardeaba también de su inmunidad en los medios de comunicación. Al parecer, en el verano de 1990 muchos de los periodistas que cubrían las vacaciones de la Familia Real en Mallorca empezaban a especular con la relación. Pese a algunas publicaciones, Juan Carlos se mostraba bastante tranquilo: "Como me decía un primo mío ayer, Michel: 'Mira, Juanito, date con un canto en los dientes. Llevas 15 años de Rey y es la primera vez que te atacan. Eres un mirlo blanco de todas las monarquías europeas. Fíjate las otras, no harían lo que han tenido que soportar durante los últimos diez años. Ni yo, ni tú, a lo mejor ni Marta -Gayá- ni nadie'. Es justo una campanita de atención".
Ante la posibilidad de que la infidelidad se filtrase, el Rey y el empresario con el que mantenía la conversación señalaban la supuesta necesidad de "cerrar más los círculos" y sobre todo, "tener mucho más cuidado": "Lo siento, pero yo no piso Flanigan -restaurante mallorquín-. Cuando lo pise, dos personas y, si hay una más, fuera. Y así de claro... ¿Estamos? Nunca he sido tan feliz", aseguraba esto último en relación a su relación con Marta Gayá.
¿Quién es Marta Gayá?
La pareja se conoció en Palma de Mallorca en 1978, pero no estrecharon su amistad hasta 1990, año en el que se registró la grabación que ahora sale a la luz. Al parecer, Gayá, hija de una acaudalada familia mallorquina de ascendencia catalana y filipina, también contaba con una relación de pareja y su marido sospechaba de todo. Así al menos lo relataba Antonio L. Bouza, amigo de Juan Carlos, en su libro 'El Rey y yo': "Un día llegó muy triste a su despacho y un compañero le preguntó: '¿Qué te pasa?' Él respondió: 'Creo que Marta está viendo a alguien. 'Dale una hostia al tío', le habría replicado el comapñero, a lo que el ingeniero habría respondido: 'No puedo, es alguien muy importante'".
El periodista Jaime Peñafiel relata la relación entre ambos: "ella solía frecuentar Marivent -donde veranea Juan Carlos- . A ambos les gustaba la vela, así que salían a navegar. Y en invierno se reunían para esquiar en Suiza, en sitios como Gstaad o Saint Mortiz, lejos de las miradas indiscretas".
La vínculo entre ambos llegó a extenderse durante 20 años, pero al final algó se torció: "Los reyes don Juan Carlos y doña Sofía asistieron a esa cena y Marta también acudió. El rey se acercó a la mesa donde estaba ella para saludarla y eso generó un momento de gran tensión. Todo el mundo habló de eso", ha explicado el periodista a la revista 'Vanity Fair'.
Al parecer, la intención de Marta de aumentar su exposición pública no gustó de manera especial en el entorno del rey. Sin embargo, "siguen hablándose a día de hoy", ha asegurado la periodista Pilar Eyre, que apunta a que la amante del Rey se habría mantenido en un segundo plano, algo que siempre fue del agrado de Juan Carlos.
La publicación de las grabaciones
Las grabaciones han visto la luz pública después de haberse mantenido en secreto durante años en la cintateca del CNI, los Servicios Secretos españoles. Según apunta 'OK Diario', el CESID captó las conversaciones y la cinta sufrió un largo recorrido a través de la cúpula de la institución, con el fin de tomar una decisión con un material tan comprometido.
Finalmente, la grabación llegó al palacio de La Zarzuela, donde los responsales del CESID alertaron al rey de la inconveniencia de mantener conversaciones tan comprometidas en un teléfono sin medidas de seguridad. Según apuntan, el material fue obtenido con un simple escáner doméstico, por lo que cualquier persona podría haber accedido a sus palabras sin ningún tipo de problema.
La cinta, cuya existencia negaron en todo momento los responsables de la institución, terminó archivada en vez de ser destruida. Ahora sale a la luz para sumarse a la larga lista de escándalos que han sacudido al Rey Emérito en los últimos años.