El club de fútbol francés Paris Foot Gay anunció hace unos días, tras casi 12 años desde su fundación, que cierra sus puertas. Nació como asociación con el objetivo de luchar contra la homofobia en el deporte y llevó a cabo importantes iniciativas. Para darle visibilidad formó su propio equipo de fútbol, cuyos integrantes se seleccionaban con independencia de su orientación sexual, raza o religión. Sin embargo, a través de su cuenta de Facebook han comunicado que lo disuelven y señalan como responsables a la actitud de "indiferencia y temor" de las instituciones y a la "vergüenza" de algunos responsables de enfrentarse a esta realidad.
Entre las iniciativas desarrolladas por el club en los últimos años destaca la elaboración de un manifiesto contra la homofobia en el deporte que fue firmado por el Ministro de Deportes de Sarkozy y por equipos profesionales de fútbol y rugby como el Paris-Saint-Germain, OGC Niza, AJ Auxerre o AS Saint-Étienne. Mediante dicho manifiesto se comprometían a reconocer la homofobia como discriminación, castigarla y apoyar a las víctimas, así como promover la tolerancia para prevenir este problema.
De este modo, el Paris Foot Gay se había convertido en un referente en la lucha contra la homofobia en Francia, por lo que su pérdida se ha vivido con tristeza y desde el ayuntamiento de París, una de las instituciones que les respaldaba y apoyaba económicamente, han lamentado su desaparición. De momento, han anunciado que se mantendrán como plataforma desde la que seguirán dando su visión particular sin depender de las ataduras de socios y patrocinadores.
Los baches en la lucha contra la homofobia
Por desgracia, el trabajo del Paris Foot Gay se ha visto envuelto en la polémica en repetidas ocasiones. En julio de este mismo año Julien Pontes, su presidente, fue agredido por un grupo de jóvenes cuando regresaba a casa junto a su marido. Sin llegar a la violencia, en octubre de 2009 un equipo musulmán suspendió un partido de fútbol contra el Paris Foot Gay alegando que iba en contra de sus creencias.
La homofobia parece un problema de fuerte arraigo en Francia. Siendo uno de los países con más fama de revolucionarios de Europa, sorprendieron las reacciones y manifestaciones a pie de calle cuando, en 2013, se aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo.