Por fin han dado con una alternativa para esos planes en los que tu amigo no liga ni para atrás al más puro estilo Sheldon Cooper. En Regression Sessions podrás dejarlo feliz de la vida aparcado en una piscina de bolas gritando "Bazinga" (o "Zas en toda la boca", según el peculiar doblaje), mientras tú te dedicas de lleno a la putivuelta. O mejor aún, ¡la haces en la misma piscina!
Además de esta atracción, este club itinerante con base en Londres pone a disposición de los clientes desde castillos hinchables, pelotas saltarinas old school o piñatas hasta maquilladores profesionales. No es de extrañar que se haya convertido en una de las sensaciones de la noche inglesa desde que iniciara su actividad hace cuatro años.
Poniendo las entradas a precios bastante asequibles (de 7 a 20 libras) para lo que son las islas, Regression Sessions llenan el espacio también con música. Tres salas del recinto son tomadas por los DJs residentes, los cuales pinchan a puro fuego house, hip hop, garage y drum & bass. Sé lo que estáis pensando, pero mejor no pedirles temas mainstream como 'Hola Don Pepito' o 'La gallita Turuleta' si no queréis que os echen a gorrazos.
Si os están entrando las ganas locas de pillaros un vuelo e ir, ya podéis ir apuntando sus próximas citas: el 21 de mayo en Londres, el 27 en Leeds, el 28 en Birmingham, el 29 en Sheffield, el 1 de junio de vuelta a Londres y el 4 en Manchester. Todas ellas, bajo el nombre 'The Space Safari', se servirán de la temática galáctica para sacar emociones que creíamos ya olvidadas en nuestra infancia.
Los organizadores lo venden en términos muy claritos: "Este viaje de una noche a las estrellas te pide que tengas la mente abierta, interés por descubrir cosas y, lo más importante, que tengas ganas de ser un raro más con los compañeros astronautas". Por esa razón piden que los tacones y las corbatas se queden en casa y que la gente acuda disfrazada de alienígena o de astronauta en esta "búsqueda de lo desconocido".
En anteriores ediciones han planteado otras temáticas como la fiesta hippie. Y aunque hayáis visto de noche a algunos con pinta rara, os aseguramos que esta idea todavía no se ha importado a España. Hacemos un llamamiento a algún emprendedor desinteresado para que traiga la idea y descubramos si en estos eventos se repite el incomparable olor que desprendían las áreas de juegos de Dino Pepino y compañía. La gente quiere saber.