El presidente ruso, Vladímir Putin, ha visitado Corea del Norte para reunirse con su líder, Kim Jong-un. Se trata de la primera visita que realiza un mandatario del Kremlin en la dictadura asiática durante los últimos 24 años, precisamente cuando la incursión en Ucrania ha convertido a Rusia en un estado paria a ojos de la comunidad internacional y necesita engrasar su maquinaria bélica.
La reunión de ambos presidentes no solo estrecha lazos entre ambos países y, sobre todo, escenifica la completa ruptura de Rusia con Occidente. También supone la firma de acuerdos de colaboración estratégica y una alianza de apoyo mutuo en un contexto de fuertes sanciones internacionales.
Corea del Norte, además, ha logrado romper con su tradicional aislamiento internacional, con un claro alineamiento con un importante actor internacional, puesto que Rusia además cuenta con un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU. El presidente ruso además continúa su gira con una visita a Vietnam, un aliado tradicional.
Acuerdos entre ambos países
El papel de Rusia en el Consejo de Seguridad es clave. El régimen de Moscú tiene capacidad de veto (que se limita, además, a Estados Unidos, China, Francia y Reino Unido) y allí ha lastrado algunos planes de Pyongyang en el pasado respecto a su programa nuclear.
En el acuerdo se ha pactado la cooperación militar con una cláusula de "defensa mutua en caso de agresión" dentro de un "acuerdo estratégico integral". Rusia, de este modo, concluye a Corea del Norte como un aliado al nivel de Bielorrusia en cuestión de seguridad, aunque no se ha concretado con detalles una cooperación militar, aunque no ha trascendido en qué modo se llevaría a cabo esta cláusula si fuese activada.
Putin ha calificado el acuerdo como un "documento pacífico y defensivo", que contemplará la posibilidad de acceder a nuevo armamento y material militar. Sin embargo, Rusia deberá interceder en el Consejo de Seguridad para revisar las actuales sanciones, que impiden que Pyongyang pueda nutrir al ejército ruso en la invasión de su país vecino.
Corea del Norte, además, ha expresado su completo apoyo a Putin en su incursión militar. El líder norcoreano, Kim Yong-un, erosiona ese aislamiento al que se ven abocados ambos países al expresar su "pleno apoyo y solidaridad al gobierno, ejército y pueblo rusos en la realización de la operación militar especial en Ucrania".
También se ha expresado el presidente ruso en esta línea cuando ha defendido los lazos con Corea del Norte como "la fueraza motriz que acelere la creación de un mundo multipolar". Putin ha comparado el acuerdo para la defensa mutua entre ambos países en el apoyo occidental a Ucrania o los acercamientos a la OTAN que planean su posible integración en la Alianza Atlántica.
De este modo, Rusia aumenta sus apoyos internacionales y fortalece su flanco oriental, con un país con el que mantiene una frontera y que remite a algunos regímenes socios integrados en su particular OTAN, la OTSC; en la que incluye Bielorrusia, Armenia o Tayikistán.
El temor en Occidente a los posibles acuerdos en materia armamentística entre ambos países, en todo caso, se mantienen. Dicho pacto incluye el soporte de municiones de Corea del Norte a Rusia para su contienda, a cambio de ayuda económica y tecnología para fortalecer el programa nuclear norcoreano.
Estados Unidos y Corea del Sur acusan a Kim Jong-un de suministrar a Putin artillería, misiles y otros equipos militares; hechos que ya estarían violando las sanciones impuestas desde el Consejo de Seguridad que Rusia promete revertir. Además, Rusia proporcionaría a Pyongyang tecnologías para elaborar cohetes espaciales y satélites de reconocimiento militar, fundamentales para aumentar la capacidad de sus misiles.
Tensión en Corea
En el contexto actual, las tensiones en la península de Corea se han visto incrementadas. Los lazos entre Corea del Norte y Rusia fortalecen al régimen de Pyongyang, que ayuda a Moscú en una incursión militar contra su país vecino.
La península coreana fue rota en dos mitades durante la Guerra Fría y el Norte ha guardado como una vieja reivindicación la reunificación de todo el territorio bajo el control de la dictadura de corte comunista.
Las tensiones se han visto incrementadas y Corea del Sur ya ha comenzado a extender sus ejercicios militares, para lo que cuenta con el apoyo de Estados Unidos y Japón. Unas acciones que el Norte ha calificado como una provocación
