El ex presidente catalán, Carles Puigdemont, se presentará a las próximas elecciones a la Generalitat bajo la marca Junts+Puigdemont per Catalunya. La firma de la ley de amnistía le permite regresar y concurrir a las elecciones, aunque las encuestas dibujan un escenario endiablado donde, nuevamente, será prioritario qué eje se impondrá: los asuntos territoriales o las diferencias izquierda-derecha.
Esta última cuestión es completamente relevante. El Govern de Pere Aragonès inició la última legislatura un gobierno de coalición con Junts, que abandonó en octubre de 2022 después de que Laura Borràs apreciara falta de "legitimidad democrática" y, desde entonces, ERC se ha mantenido gobernando en minoría sostenido por el PSC y los comunes, hasta que estos últimos han hecho saltar por los aires la legislatura al negarse a contemplar el proyecto Hard Rock.
Durante la última parte de la legislatura el plano territorial ha ocupado una segunda posición, mientras que el Ejecutivo ha aprobado normativas a favor de la comunidad LGTBI (una ley trans específica), por la vivienda o contra el cambio climático.
"Ahora que se abre la oportunidad de restituir la presidencia destituida por el 155, no tiene sentido que rehúya esta responsabilidad", ha declarado Carles Puigdemont durante el anuncio de su regreso, en el que indicó su intención de culminar el proceso independentista en el décimo aniversario del referéndum, en 2027.
Ante ello, el presidente catalán y candidato de ERC a la reelección ya ha mostrado su posición, aunque en su caso opta por la aplicación del Artículo 92 para amparar una consulta en Cataluña mediante lo que ha denominado como "un acuerdo entre las partes". En dicho artículo, se defiende que "las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos", en una consulta convocada "por el rey, mediante propuesta del presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados".
¿Qué dicen las encuestas?
Las encuestas dibujan, en todo caso, un complejo panorama. El sondeo elaborado por la encuestadora DATA10 y publicada el 1 de abril de 2024 recoge el siguiente pronóstico:
- PSC (26,4%)
- Junts (21,5%)
- ERC (20,1%)
- PP (10%)
- VOX (7,1%)
- En Comú-Podem (6,5%)
- CUP (4,8%)
Resultados similares recoge una encuesta realizada por Electomanía, que también otorga una victoria para el PSC (27,4%) y resultados muy próximos entre Junts (21,2%) y ERC (18,9%), con ambos partidos disputándose abiertamente la segunda posición.
- PSC (27,4%)
- Junts (21,2%)
- ERC (18,9%)
- PP (8,8%)
- VOX (8,2%)
- CUP (6,1%)
- En Comú-Podem (5,3%)
- Ciudadanos (0,5%)
¿Qué horizonte político se plantea?
En este contexto, mientras que el PSC de Salvador Illa se apunta la victoria, se abre la gran incógnita sobre qué ocurrirá en la segunda posición. Mientras que los republicanos han mantenido una buena relación con los socialistas durante la última legislatura, la situación no se ha replicado con Junts, que por el momento podría forzar a los republicanos a elegir socio electoral y, con ello, probablemente el signo del futuro Govern.
"El PSC actual no deja de ser una filial del PSOE", ha respondido sobre esta cuestión el viceconseller de Estrategia y Comunicación del Govern y responsable de estrategia de ERC, Sergi Sabrià. "La gente del PSC, que se creían al PSC, que defendían en Madrid que el PSC era un partido diferente y no una filial del PSOE, hoy están en ERC", ha expresado sobre la posibilidad de firmar el pacto con los socialistas.
Desde el PSC, el candidato Salvador Illa ha intentado tender puentes con ambas formaciones, con un pacto en el que ha llamado a "vetar el paso de la extrema derecha", para posteriormente llamar a un giro en las políticas: "Ni ERC ni Junts han hecho nada en materia de financiación en los últimos 10 años", ha afeado el candidato socialista.
El futuro de Puigdemont
El ex presidente catalán tiene intención en estos momentos de regresar y liderar su candidatura. No encontraría problemas para su vuelta tras la aprobación de la ley de amnistía, ha expresado que quiere estar presente en el debate de investidura en el Parlament y podría llegar a ser investido President. Cabe recordar que sobre él no pesa una sentencia firme ni penas de inhabilitación.
En todo caso, su situación presenta incertidumbre, puesto que, aunque fuese finalmente investido como president, todo podría cambiar por completo si prosperase la investigación abierta por delitos de terrorismo contra él.
Cabe destacar que, en este caso, se aplicaría una inhabilitación en virtud de la ley vigente y, por este motivo, no podría presentarse como diputado, tal y como ya ocurrió en el pasado con todos los cargos públicos catalanes que fueron procesados por rebelión.
Además, si se le procesase por terrorismo, el juez tendría que emitir nuevas órdenes de detención y, ya en este caso, sería automáticamente entregado a España porque no se aplica en este caso el principio de doble tipificación, como sí ocurre con la sedición.
Junts quiere bloquear por completo esa posibilidad y ha registrado en el Congreso de los Diputados una enmienda al decreto 'ómnibus' aprobado por el Gobierno para la reforma de la ley de enjuiciamiento criminal (Lecrim), que podría permitir que mantuviese un cargo público al dictar auto de procesamiento firme por terrorismo que implique su ingreso en prisión.
¿Qué ocurre con los convergentes?
El escenario se presenta más abierto para los ex convergentes, la derecha liberal catalana que no defiende tanto posturas independentistas (al menos instantáneas) sino más autonomistas y ajena a Puigdemont. El voto heredero de Jordi Pujol se encuentra actualmente disputado entre diversas formaciones.
El Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo emprendió una carrera por lograr este voto y, para ello, planteó en un primer momento el nombramiento de la eurodiputada Dolors Monserrat para imprimir un nuevo giro en la formación, que lastra malos resultados en esta comunidad autónoma.
A pesar de todo, sus intenciones no han salido adelante, puesto que Alejandro Fernández, candidato defendido por la antigua dirección de Pablo Casado, se ha postulado nuevamente a repetir. Sin embargo, su lista se ha llenado con afines a los actuales inquilinos en Génova.
A pesar de que han surgido voces que han intentado reconstruir este espacio, como la ex consellera Àngels Chacón o la ex portavoz Marta Pascal, lo cierto es que continúa huérfano, y supone un importante nicho de voto acrecentado tras la caída de Ciudadanos que termina disputado por los partidos nacionales. El PSC de Salvador Illa, que obtiene una importante victoria en muchas encuestas, también ha emprendido guiños en su discurso hacia este sector, e incluso destaca el fichaje dentro de ERC de Carles Campuzano.
