La cumbre de la OTAN de Madrid entre el 28 y 30 de junio se ha celebrado en mitad de una gran tensión internacional como consecuencia de la invasión de Ucrania, la ruptura de los equilibrios internacionales y el resurgir de una Alianza Atlántica que, en 2019, se encontraba en "muerte cerebral", en palabras del presidente francés, Emmanuel Macron.
En estos momentos, Suecia y Finlandia, dos países limítrofes a Rusia (este último comparte una importante frontera terrestre), se encuentran en proceso de adhesión a la OTAN, cuya membresía ha sido aceptada en la Cumbre de Madrid.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha sido protagonista durante la cumbre al cargar contra Moscú, el país situado como mayor amenaza para los países de la Alianza: "Rusia quiere dictar el futuro orden mundial", ha afirmado, a la vez que ha asegurado que Putin busca crear una guerra contra Europa: "La distancia entre Kiev y Madrid es menor que el alcance de los misiles que está usando Rusia contra nosotros".
1 La ruptura con Rusia y el cierre definitivo del marco surgido tras la caída del muro de Berlín
Precisamente, esta cumbre parece coronarse como el colofón de la ruptura entre Occidente y Rusia, del marco surgido tras la caída del muro de Berlín en el que la ruptura de un mundo bipolar llevó a que ambos mundos pudieran intercontectarse y colaborar de manera satisfactoria. La invasión de Ucrania ha dinamitado todos los puentes y ha cambiado la geopolítica en todos los continentes.
Rusia, de hecho, ha pasado a convertirse en uno de los mayores enemigos para la Alianza. Moscú ya había empleado algunas tácticas como ataques cibernéticos para atacar a Occidente y el Kremlin ahora está sufriendo la asonada de los países de la Alianza en forma de sanciones económicas con el objetivo de evitar un conflicto de proporciones mayúsculas
El nuevo concepto estratégico de la OTAN establece a la Federación de Rusia como "la amenaza más signficativa y directa para la seguridad de los aliados y para la paz y estabilidad de Occidente". El documento indica que la Alianza ya no puede considerar a Rusia como socio, pero que seguirá "dispuesta a mantener abiertos los canales de comunicación con Moscú".
El objetivo, en todo caso, pasa por evitar un conflicto violento, pero la OTAN llega al punto de asegurar que no puede descartar la posibilidad de un ataque contra la soberanía e integridad territorial de alguno de sus aliados.
A ello, se une la inclusión de Suecia y Finlandia a la OTAN, dos países muy cercanos a Rusia (este último comparte una importante frontera terrestre). Putin ha asegurado que si ambos países aceptan tropas e infraestructura militar de la OTAN en su territorio, responderá de forma simétrica. La adhesión de estos países promete uno de los giros más importantes en la seguridad europea durante las últimas décadas.
2 Rearme
Con la crisis surgida en pleno territorio continental europeo, la OTAN también ha concluido la necesidad de aumentar el gasto en defensa. España cumplirá con este acuerdo, motivo por el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confía en contar con sus socios parlamentarios para aumentar en un 2% del PIB dicho gasto para 2029, pero por el momento solo cuenta con el apoyo parlamentario de PP, VOX y Ciudadanos, partidos más proclives en estos momentos a cumplir con este pacto. El Ejecutivo también ha acordado con Estados Unidos la llegada de dos nuevos destructores a la base de Rota.
España sigue la estela de otros países de la Alianza. Reino Unido, por ejemplo aumentará dicho gasto en un 2,5% del PIB para 2029 y su primer ministro, Boris Johnson, asegura que presionará a otros países aliados para que cumplan con este objetivo. Estados Unidos afirma que aumentará su presencia militar en toda Europa como respuesta a la invasión.
El nuevo plan establece que habrá más de 300.000 soldados en alta preparación durante el próximo año, un número muy superior a los 40.000 actuales. Se prevé también la creación de un cuartel militar permanente en Polonia, el envío de aviones de combate a Reino Unido y tropas terrestres a Rumanía.
3 El desafío de China
La cumbre de la OTAN también ha situado a China como un "desafío sistémico para la seguridad euroatlántica". El secretario general de la Alianza, Jens Stontelberg, ha destacado que la potencia asiática "no es nuestro adversario", pero igualmente ha advertido que "debemos tener los ojos claros sobre los serios desafíos que representa".
"China está aumentando sustancialmente sus fuerzas, incluso en armas nucleares, intimidando a sus vecinos, incluido Taiwán", ha destacado. Stoltenberg ha destacado de algunas de las amenazas que representa Pekín en la actualidad, uno de los aliados de Rusia en el actual contexto, aunque dicha pinza se muestra de manera tímida por el temor de China a las sanciones económicas.
"Las operaciones híbridas y cibernéticas maliciosas de la República Popular China y su retórica de confrontación y desinformación tienen como objetivo a los aliados y dañan la seguridad de la Alianza", señala. El papel de China no solo preocupa a la Alianza Atlántica, sino también a sus vecinos más cercanos.
4 Flanco sur
Uno de los motivos por los que Europa ha planteado en varias ocasiones su autonomía estratégica respecto a la OTAN, incluso con la creación de sus propias fuerzas militares embrionarias, los Battlegroups, es por la falta de atención sobre el flanco sur, un punto geográfico sobre el que Estados Unidos tiene poco interés, pero al que el Viejo Continente presta gran atención.
La OTAN quiere hacerse más europea quizás con el objetivo de que Estados Unidos mantenga una mayor influencia a nivel internacional, motivo por el que la Alianza Atlántica ha ampliado su punto de mira y ya ha puesto su hoja de ruta sobre el Sahel.
A pesar de que el objetivo principal se encontrará en el Este del Viejo Continente, la Alianza también empezará a prestar atención al Sahel, una región africana ubicada en el Sur de Mauritania, Senegal, Mali, Burkina Faso, Níger, norte de Nigeria, Camerún, Chad, Sudán y Eritrea.
Se trata de una región desfavorecida en la que las organizaciones terroristas Daesh y Al-Qaeda han utilizado las problemáticas de la población para emplear un discurso con el que conseguir adeptos para sumar al terrorismo. Esto supone una amenaza real para la seguridad europea, no tanto para Estados Unidos, motivo por el que Europa había reclamado atención a la OTAN para que actuase en este sentido. La cumbre de Madrid parece haber sido, finalmente, un punto de inflexión.
5 Ceuta y Melilla
Ceuta y Melilla se incluyen también en el flanco sur, pero merecen un punto especial por incluirse en la soberanía española y pertenecer, por tanto, a la integridad territorial de nuestro país. El Gobierno de España había intentado en esta cumbre algún gesto por parte de la OTAN en el que se incluyese una protección explícita para ambas ciudades autónomas, que permitiese una menor dependencia de Marruecos a la hora de proteger su soberanía.
Pedro Sánchez ha dejado claro que el nuevo Concepto Estratégico incluye su protección en el artículo 5 del Tratado. Es decir, que atacar a ambas ciudades implicaría un choque contra la integridad territorial de un país y, por tanto, un ataque contra la Alianza Atlántica en su conjunto.
La cumbre, en realidad, no implica un cambio de calado sobre la protección de ambas ciudades, cuya protección queda a merced del artículo 5, que ahora toma relevancia por lo que implica la invasión de Ucrania y cuya situación geográfica en el territorio continental africano hace que su protección sea menor.
Mientras tanto, el presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, ha resaltado que el acuerdo de la OTAN transmite "seguridad y confianza" para Ceuta y Melilla y refuerza que, a su juicio, ambas ciudades siempre han estado protegidas.