El cerebro es el órgano de nuestro cuerpo más fascinante que existe. Nos permite pensar, recordar, tener emociones, soñar, amar, odiar, reír, cantar... Es por ello que, desde tiempos inmemoriales, el ser humano se ha empeñado en conocer cómo funciona eso a lo que ha llamado "mente". Grandes misterio ha entrañado el cerebro, la mayoría de ellos desmentidos, como alguno que veremos a continuación.
El cerebro es un órgano realmente fascinante, sin necesidad de que tenga todas esas cualidades con las que las obras de ficción han fantaseado a lo largo de la historia. Saber más de él nos ayuda a conocer mejor nuestros límites, que son muy pocos en cuanto al conocimientos y el desarrollo cognitivo se refiere. Por ello, os contamos algunas de sus mayores características, las claves para presumir de cerebro.
1 No usamos sólo el 10%, así que ya somos superhéroes psíquicos
Este debate fue retomado con el estreno en 2014 de la película de ciencia ficción 'Lucy', en el que una chica es capaz de alcanzar el 100% de la capacidad cerebral y empieza a tener poderes psíquicos, se convierte en una auténtica máquina imparable. No es que su director, Luc Besson, y sus guionistas quisieran engañarnos, o eso esperamos, pero la idea que tan sólo empleamos un pequeño porcentaje del potencial del cerebro sólo sirve para la ficción. Así que no, Einstein tampoco utilizaba un mayor porcentaje que nosotros.
No se podría cuantificar, pero, como sabemos, las neuronas están conectadas entre ellas en forma de red, y para cualquier actividad que requiera la activación del cerebro, es decir, absolutamente todas las que se nos ocurran, un gran número de neuronas se activarán en diferentes zonas del cerebro. Así que a lo largo del día y de la noche llegamos a usar cerca del 100% del cerebro, ¿sorprendidos? Ahora tenemos algo en común con Scarlett Johansson.
2 Los hemisferios cerebrales, ¿qué secretos guardan?
El cerebro está dividido en los hemisferios derecho e izquierdo, que se encuentran unidos por una especie de puente denominado cuerpo calloso. Morfológicamente, ambos hemisferios son como cada mitad de nuestra cara, vemos que su estructura es similar en ambos, de la misma manera que si fuera un espejo. Lo que sí hay es cierta especialización por parte de cada uno, pero no de manera exclusiva. Además, curiosamente, el izquierdo recibe y emite señales principalmente de la parte derecha del cuerpo, y lo mismo ocurre al revés.
Un ejemplo de especialización es que en el hemisferio izquierdo se encuentra el área que más se activa para el habla, y en el derecho ocurre lo mismo para las funciones espaciales. Pero esto no quiere decir que sean dos núcleos divisibles y con funciones claramente diferenciadas. Al contrario, ambos hemisferios trabajan juntos en todas las funciones, otra cosa sea que se activen más áreas de un lado u otro. Y es que ambos hemisferios están conectados por una especie de puente llamado cuerpo calloso, haciendo el cerebro un sistema global que trabaja de manera distribuida.
Lo que no es cierto es que el izquierdo es la parte de lo racional y el derecho de lo creativo, y no somos de una manera u otra por tener uno más desarrollado. Ni siquiera se desarrolla más un hemisferio que otro, ni la morfología del cerebro marca nuestra personalidad. Esas ideas son totalmente arcaicas.
3 Dicen que el cerebro es plástico, ¿pero no eran neuronas?
El cerebro está constantemente creando nuevas conexiones (llamadas conexiones sinápticas o sinapsis) entre las neuronas, es la manera que tiene de aprender. Así, cada información nueva que recibimos y memorizamos provoca la generación de nuevas sinapsis. No nos asustemos, el cerebro también es eficiente, así que no almacena todo lo que recibe, sólo lo que se incorporamos a nuestra memoria a largo plazo.
Decimos que el cerebro es muy plástico porque se encuentra constantemente cambiando, y cuando más lo trabajemos ciertas funciones, más se desarrollan. Y, ante todo, aquí alcanza su máximo esplendor la expresión "nunca es tarde si la dicha es buena". Las personas podemos aprender, memorizar, estudiar materias nuevas en cualquier momento de nuestra vida, no por ser adulto y "llevar años y años sin coger un libro" seremos incapaces de ponernos a prender cosas nuevas. Un instrumento, un nuevo idioma, libros de historia, canciones, el funcionamiento de una máquina o un móvil, etc. El cerebro está preparado para todo lo que le echemos, otra cosa es que, según la edad tengamos una forma de aprender diferente. Precisamente en la adultez nos es más fácil comprender lo que estudiamos, y no se tiende a memorizar como loros.
Otra muestra de la enorme plasticidad del cerebro son los famosos taxistas de Londres. Son famosos porque hay estudios que han demostrado que tienen más desarrollado el hipocampo, donde hay células especializadas en la memoria y la orientación espacial.
4 Las verdaderas diferencias entre hombres y mujeres
Olvidemos todo lo relativo a quién tiene el cerebro más grande, quien tiene desarrolladas más las funciones emocionales, las de orientación espacial y todo lo demás. Existen diferencias entre el funcionamiento de un cerebro masculino y femenino, pero no en el sentido que pensamos. Por ejemplo, las funciones cognitivas se encuentran más localizadas en zonas específicas en el cerebro masculino, y en el femenino se encuentran más distribuidas por varias áreas. Así, tras un daño cerebral, los efectos serían más devastadores en hombres, les costaría más recuperar esas funciones. En las segundas, como las funciones se encuentran más distribuidas, aunque se dañe una zona, las otras pueden recuperar esas funciones en mayor manera.
Y llegamos al punto determinante. Los hombres tienen más neuronas, una media de 22.800 millones, y las mujeres unos 19.300 millones de neuronas. ¿Son los hombres más listos? No, además de que tener más neuronas no es signo de mayor inteligencia, las células neuronales de las mujeres, aun siendo menor en número, tienen establecidas más conexiones entre ellas. Así, más neuronas con menos conexiones, o menos neuronas con más conexiones dan como resultado dos cerebros equilibrados.
5 Tú duermes, el cerebro no
Si hay una característica que hace al cerebro ser enormemente interesante y fascinante es que está especialmente diseñado para no descansar nunca, nunca el hombre inventará una máquina artificial igual. Los ritmos de sueño-vigilia están regulados por el tronco cerebral, que forma parte del sistema nervioso central uniendo la médula espinal con el encéfalo, aunque siempre hagamos referencia a este último como "cerebro". La respiración, el sueño REM y los movimientos musculares que tienen lugar en esa fase, el sueño no-REM, el acto de soñar, etc. Todo está siendo regulado por el cerebro, siempre está activado.
¿Nunca habéis oído que durante el sueño asentamos todo aquello que hemos estudiado recientemente? Pues es cierto, y es que durante el sueño nuestro sistema nervioso aprovecha para poner un poco de orden en nuestra memoria y, por tanto, nuestros conocimientos. De ahí provienen los sueños, de la mezcla de irreconocibles recuerdos en nuestro gran almacén.
6 De adultos sí creamos nuevas neuronas
Se denomina neurogénesis a la creación de nuevas neuronas. Durante la gestación se van generando las neuronas que formarán el sistema nervioso, y durante las primeras etapas de la vida se irán fortaleciendo las conexiones entre ellas y desechando las células neuronales y conexiones que no son necesarias.
Clásicamente se creía que desde el nacimiento ya no se volvían a generar nuevas neuronas, éstas no se podían reproducir como hacen las células del resto del cuerpo. Por el contrario, las neuronas se crean y especializan (adquieren funciones en áreas concretas del cerebro) a través de unas células precursoras o células madre, que parecería ser que al nacer ya estarían agotadas. Pero en los últimos 20 años se ha descubierto que en el cerebro adulto se siguen creando nuevas neuronas a partir de esas células madre neuronales, y esta génesis tendría lugar en el hipocampo (implicado en la memoria y aprendizaje) y en el bulbo olfativo. Investigaciones más recientes han encontrado también neurogénesis en la corteza cerebral, concretamente en el neocortex, en primates adultos. Quién sabe qué más áreas se podrán descubrir donde existe neurogénesis, y en qué condiciones se dará.