A pesar de los recelos que se han mantenido durante los últimos días, finalmente Europa y el Mercosur han firmado uno de los acuerdos comerciales más ambiciosos de la historia, un tratado que cubre a una población de casi 800 millones de habitantes.
La rúbrica del tratado también supone todo un aviso a navegantes en pleno auge de la extrema derecha y las políticas proteccionistas, con Donald Trump, China y la consumación del Brexit como máximos exponentes.
Y no se puede decir que no haya habido trabajo detrás: tan 'solo' 20 años de negociaciones en los que han 'hecho mella' la presión de Francia, Bélgica, Irlanda y Polonia, especialmente, por el temor a la llegada del vacuno latinoamericano.
Con todo ello, a partir de la entrada en vigor del acuerdo, las empresas europeas podrán ahorrar hasta 4.000 millones de euros anuales en aranceles, mientras que las empresas del Mercosur conseguirán acceder al mercado europeo para la venta de productos agrícolas.
¿Cuáles son las claves de este acuerdo? Vamos a desgranarlas:
1 Protección frente a los aranceles de Estados Unidos
La política excesivamente proteccionista que ha llevado a cabo Donald Trump ha dañado la economía española, europea y latinoamericana. El mandatario llegó a amenazar a la UE con la aprobación de este tipo de medidas a través de Twitter.
The World Trade Organization finds that the European Union subsidies to Airbus has adversely impacted the United States, which will now put Tariffs on $11 Billion of EU products! The EU has taken advantage of the U.S. on trade for many years. It will soon stop!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 9 de abril de 2019
Las sanciones se sitúan contra productos agrícolas como el aceite de oliva, el vino, naranjas o quesos de diferentes orígenes comunitarios como el Cheddar o el Roquefort.
Pero la mayor piedra en el zapato se situó en las amenazas contra la producción aeroespacial realizada en la UE, a la que amenazó con imponer tasas de 11.000 millones de dólares que hubieran supuesto un duro golpe para la salud de la industria (y que fue devuelta bajo amenazas de 19.000 millones de euros a los subsidiarios de Boeing).
Por su parte, América Latina también ha vivido los aranceles con la vista puesta en el aumento del 5% impuesto desde la Casa Blanca. La inestabilidad que esas amenazas generan han provocado bolsas en algunas de sus principales Bolsas. Además, Trump parece muy lejos de acabar con su política arancelaria en torno a la agricultura y ganadería.
2 Creación de un eje comercial ajeno a Estados Unidos, China y Rusia para un futuro multipolar
Derivado de todo lo anterior, la UE y los países del Mercosur consiguen abrazarse para crear un nuevo frente en un mundo multipolar, escorado hacia Oriente y que vive las guerras comerciales y políticas bajo el poder que ejercen tres focos: Rusia, China y la propia Estados Unidos.
La envergadura del presente acuerdo ha sido tal, que incluso Donald Trump se ha visto obligado a ordenar un 'alto el fuego' en su batalla contra los chinos tras ordenar el freno a los aranceles en plena crisis de Huawei.
Que una Unión Europea fuerte no interesa a sus competidores, es evidente: ahí tienen el apoyo de las redes rusas al Brexit y a la extrema derecha europea. Si encima hay una unión económica con gran parte de América, los grandes competidores pueden temer la creación de un nuevo gigante.
Además, el acuerdo permite crear una especie de dique de contención frente a las batallas comerciales que se libran entre China, Rusia y Estados Unidos, lo que aleja la posibilidad de que 800 millones de personas vean cómo empeoran sus condiciones de vida por una circunstancia que no pueden controlar.
3 Expansión de la economía europea frente a la amenaza de China
Esa serie de aranceles también se une a las ventajas competitivas que experimenta China y a la posibilidad de abrir poder de expansión a los mercados europeos frente al competidor asiático.
El nuevo tratado permitirá que Europa compita con China a la hora de exportar sus productos a la región en uno de los factores en los que nadie puede competir con China: precio.
En el caso de los países latinoamericanos, habrá oportunidad de extender su industria hacia nuevos mercados y, sobre todo, garantizarse la ausencia de vetos por las posibles ventajas competitivas que puedan experimentar respecto a los locales.
4 Un papel protagonista para España
España es, sin duda, una de las principales beneficiadas del acuerdo, ya que fortalece a nuestro país como el ancla que siempre ha constituido: el nexo europeo entre América, África y el Viejo Continente.
El país ibérico es actualmente el centro de operaciones en Europa que las grandes multinacionales latinoamericanas han fijado de cara a una expansión futura en el Viejo Continente.
El principal colectivo, por evidentes circunstancias socioeconómicas, es el de venezolanos. Así, el madrileño barrio de Salamanca se está convirtiendo en el hogar de varias de las familias más adineradas del país sudamericano y, la región madrileña, en el centro de operaciones con el que volar hacia Europa.
Uno de los más destacados son los dueños de la constructora Sambil, la familia Cohen, que abrieron un centro comercial en 2017, iniciaron una suculenta promoción inmobiliaria en la capital en 2018 y ya preparan todo para extenderse a Barcelona en los próximos años. Siempre con la intención de extender el negocio por Europa.
5 Una muestra de fuerza de cara a la reunión del G20
El final de la cumbre del G20 se ha saldado con el apoyo a los "fundamentos del libre comercio", lo que sin duda representa el actual acuerdo firmado entre el Mercosur y la Unión Europea.
El anuncio, que se produce en mitad de esa cumbre y que representa precisamente el éxito de dos décadas de conversaciones, también dejan en posición de fuerza a los países que se han reunido con Vladimir Putin, Xi JinPing y Donald Trump.
Al fin y al cabo, todos los movimientos también representan una especie de 'aviso a navegantes' y un paso al frente con el objetivo de ganar peso internacional ante una tríada de gigantes con poderes casi absolutos.
6 Respeto al acuerdo climático de París
El acuerdo climático de París de 2015 también ha recibido un pequeño respaldo inesperado: el del presidente brasileño Jair Bolsonaro. El apoyo a este acuerdo se enmarcaba dentro de las condiciones del pacto Mercosur-UE y finalmente Bolsonaro ha dado su brazo a torcer firmando a favor del pacto climático. Gracias a ello, el Acuerdo de París ha obtenido un apoyo prácticamente unánime tras la cumbre del G20, con la única excepción de Estados Unidos.
Lo cierto es que todos los implicados han celebrado el pacto. Líderes políticos con papeles tan diversos como Bolsonaro, Macri, Evo Morales, Pedro Sánchez o Angela Merkel se han mostrado a favor de un acuerdo que sienta las bases para levantar un dique de contención frente a las guerras comerciales que amenazan con tensar al planeta.