Ciudadanos no pertenece al bloque de la derecha. O eso es, al menos, lo que consideran dentro de la sede del partido que actualmente dirige 'de facto' Inés Arrimadas.
A juicio de la formación naranja, la vinculación al conservadurismo es la consecuencia de una suerte de campaña del PSOE para "inventar un gran bloque de la derecha en el que VOX lleva la batuta", según ha denunciado un miembro del partido a El Español. Ciudadanos, consideran, es un partido de centro.
Dejando de lado la fotografía de Colón y los acuerdos en plazas como la Junta de Andalucía, Comunidad de Madrid, Región de Murcia, Ayuntamiento de Madrid, Junta de Castilla y León y un larguísimo etcétera; el partido considera que los socialistas están minando su imagen hasta el punto de atribuir a este punto su debacle electoral.
Inés Arrimadas ha comentado entre su círculo que ahora tienen que salvar ese supuesto ataque: "Sánchez inflará a VOX al máximo. Su objetivo se habrá cumplido cuando pueda decir que la disyuntiva es el PSOE o Abascal. no hay más que ver sus comparecencias en el Congreso", ha señalado el citado miembro.
La líder naranja está preparando toda una hoja de ruta con el objetivo de volver al centro, sobre todo, en pleno endurecimiento del discurso que vuelve a experimentar el PP. Con una meta: desmontar la existencia de un solo bloque de derechas reaccionario que se opone al progresismo.
Pactos a izquierda y derecha
Inés Arrimadas tiene el duro reto de visibilizar a una fuerza de diez escaños de la misma manera en que se hacía cuando había 57 parlamentarios de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados.
La dirigente quiere volver a retomar un partido que actúe como bisagra, pactando a su izquierda y su derecha como antaño, tal y como acostumbra a realizar la gran mayoría de formaciones liberales en Europa.
Para ello, Arrimadas quiere aprovechar una serie de debates en el Congreso de Diputados para confrontar también con los partidos de la derecha y en especial con VOX. Esos temas son: Iglesia, Aborto, Memoria Histórica o LGTBI.
Junto a ello, algunos dirigentes dentro del partido también piden rebajar el tono. Creen que mostraban demasiado enfado cuando Ciudadanos empezó a caer por el acantilado como sufrió en las pasadas elecciones del 10-N.
Sin embargo, este punto guarda más debate. Algunos gestos, como la fotografía de Inés Arrimadas sujetando el currículum de Adriana Lastra en el Congreso o la líder alentando un tamayazo, remiten a una época que Ciudadanos debería dejar atrás cuanto antes. Sobre todo, para aprovechar los aires de renovación que aporta la llegada de un nuevo liderazgo al partido.