El Congreso de la Ciudad de México ha aprobado en comisión el cierre de la Monumental, la plaza de toros más grande del mundo. Se trata de una plaza con aforo para casi 50.000 aficionados, pero la constante pérdida de afición ha provocado que muchos espectáculos muestren las gradas a medio gas. La tauromaquia muere poco a poco y las administraciones están tomando cartas en el asunto. En Sonora, Guerrero y Coahuila ya entran prohibidas, por lo que se trata del cuarto intento en el país norteamericano.
El cierre de la plaza se aprobó por cinco votos a favor, unido a cuatro ausencias. Paradójicamente, el apoyo explícito llegó por parte de los partidos de la derecha, como el PAN, que se encuentra en la oposición, junto al PRD, el PRI y los Verdes. Otras formaciones de izquierdas, como Morena, decidieron ausentarse.
Las encuestas son claras al respecto. El 59% de los mexicanos se han mostrado a favor de prohibir las corridas si se celebrase una consulta ciudadana al respecto, mientras que solo el 31% se opondría. Además, el 85% de los encuestados dijeron que la tauromaquia le gusta poco o nada, mientras que solo el 14% afirmó que le gusta mucho o algo.
Son los resultados de un sondeo publicado por el diario Reforma en el año 2019, pero revela una tendencia creciente hacia el rechazo, si se tiene en cuenta que los partidarios de la prohibición se situaban en el 51,3% en 2011, según un sondeo realizado entonces por Mitofski.
Prohibición de las corridas de toros
Mientras se aprueba el cierre de la plaza de toros más importante, Ciudad de México también planea prohibir la celebración de cualquier tipo de espectáculo taurino de manera directa. Así se consensuó en la Comisión de Bienestar Animal del Congreso local, con un régimen que contempla multas de hasta 4,9 millones de pesos (206.098,22 euros) para quienes organicen este tipo de espectáculos.
La prohibición de este tipo de espectáculos lleva planteándose desde principios de septiembre "con el objetivo de establecer la prohibición de realizar espectáculos públicos en los que los animales sean objeto de actos de maltrato y crueldad que deriven en su muerte".
Esta iniciativa fue presentada por seis de los siete partidos con representación en el Congreso de la Ciudad de México: Morena (en el Gobierno), Partido de la Revolución Democrática, Partido Verde Ecologista de México, Partido Revolucionario Institucional, Partido Acción Nacional y Movimiento Ciudadano. El único que faltó en este caso fue el Partido del Trabajo, que decidió no participar. La propuesta es muy crítica con los eventos taurinos: "Dicho espectáculos está basado en la tortura, el dolor y el ensañamiento con el toro, así como en el desprecio hacia los derechos de los animales".
Ahora, los partidos acordaron que todas las partes implicadas no registrarán la decisión hasta que pase al Pleno, que será el momento definitivo. El grupo Verde señala su sensibilidad hacia las familias que dependen de esta actividad económica y elaborará un plan de reconversión, en mitad de una crisis pandémica y sin olvidar que afecta a 80.000 empleos directos, así como 146.000 indirectos.
La capital mexicana sigue los pasos de otra gran ciudad latinoamericana, Bogotá (Colombia). En este caso, tras el cierre de la plaza Santamaría en 2012, las corridas regresaron en 2014 por orden de los tribunales. Ahora, el Concejo de la ciudad ha decidido no prohibir la fiesta, pero sí desincentivarla a través de un acuerdo que impide la violencia contra el animal.