La polémica ha saltado a los medios en Estados Unidos cuando se ha dado a conocer la noticia. Un cirujano plástico de profesión, padre de dos niñas adoptadas, ha estado operando a sus pequeñas desde que tenían 10 años. Michael Niccole ha aprovechado sus habilidades como doctor de cirugía plástica para realizar varias intervenciones a las menores y mejorar así sus cuerpos. Y parece que están contentas: "¡Nuestro padre nos puso las tetas a juego!", declara emocionada una de ellas.
Esta familia reside en el californiano barrio de Orange Country (EEUU), una zona exclusiva donde habitan los ciudadanos más excéntricos y millonarios. Brittani y Charm Niccole son las dos hermanas que han ido creciendo bajo un sin fin de operaciones. Tras varios años, ahora lucen guapas y perfectas. Pero todo el mundo se pregunta lo mismo: ¿queda algo de ellas que sea real?
Barbies de plástico
Estas dos mujeres comenzaron a operarse a muy temprana edad. La primera en pasar por las manos de su padre adoptivo fue Charm. El motivo: estaba acomplejada por tener el ombligo hacia afuera. Algo que la llevó a ser operada por Niccole. Tras esta intervención, llegó la cirugía dental y a las orejas de ambas. Al cumplir la mayoría de edad, se sometieron a un aumento de pecho. A los 21, llegó la rinoplastia. Y, al celebrar su cuarto de siglo, se operaron nuevamente a un aumento de los pechos.
Pero estas dos "barbies" rellenas de plástico por dentro no han cesado de operarse desde que su padre las iniciara en el mundo de las intervenciones. Ambas se han sometido a liposucciones y se han inyectado litros de botox en su cuerpo. Este proceso se ha repetido en el tiempo, algo que las ha dejado tan tersas como la famosa muñeca de plástico con la que juegan millones de niñas y niños alrededor de todo el mundo.
Pese a las críticas que han generado debido a la temprana edad con la que han comenzado a operarse, tanto Brittani como Charm declaran a los medios sentirse "muy felices" debido a que su objetivo es seguir siendo jóvenes eternamente, incluso cuando sean adorables ancianitas. Asimismo, defienden la actuación de su padre pues aseguran estar "en las mejores manos médicas". "Todos los que nos critican e insultan son unos ignorantes", afirman. "Es nuestro cuerpo y lo hemos hecho por decisión propia", aseguran.
Probablemente no se les pueda rebatir que la decisión de hacer lo que quieran con su cuerpo sea completamente de ellas. Sin embargo, las decisiones de una niña de 10 años competen siempre a sus progenitores puesto que a esta edad aún no se tiene la madurez suficiente para dilucidar sobre algo tan importante. Y la influencia que puede ejercer un adulto sobre un menor puede determinar el camino a seguir por parte de estos últimos.