'El Caso Alcàsser', la serie de Netflix y Globomedia, trajo de nuevo a la actualidad el triple asesinato de Miriam García, Desireé Hernández y Toñi Gómez. Los viejos fantasmas del pasado volvieron para recorrer lospasos que dieron aquellas jóvenes aquel fatídico 13 de noviembre de 1992, cuando iban camino a la discoteca Coolor, en el municipio de Picasent, antes de desaparecer. Al día siguiente, comenzaron 75 días de búsqueda exhaustiva de las "niñas de Alcásser" que terminó con el descubrimiento de sus cuerpos sin vida.
Antonio Anglés, el presunto autor principal del crimen, se escapó y nunca se supo más de él. Mientras, Miguel Ricart, cumplió 21 años en la cárcel, antes de ser liberado. El crimen de Alcásser se mediatizo de principio a fin -desde la desaparición de las tres jóvenes hasta el posterior juicio a Ricart-. Se llenaron miles de horas de televisión y otras tantas en los periódicos y revistas de la época. La investigación, puesta en duda por muchos, dio pie a diversos análisis y contraanálisis de policías, expolicías, especialista, investigadores privados, etc.
El morbo -y los pocos escrúpulos- fue una de las premisas en el seguimiento del caso en televisión y prensa. Las diversas dudas en la propia investigación oficial hicieron que la sombra de la conspiración sobrevolara de manera irremediable a todo lo que rodeara el caso de Alcásser; de hecho, se puede decir que llega hasta la misma actualidad: dónde está Anglés, si hubo más de dos implicados, los motivos ocultos de los asesinatos o ciertas pesquisas de la investigación.
La cinta snuff
Juan Ignacio Blanco, criminólogo, escritor y uno de los principales personajes en la mediatización e investigación del crimen de Alcásser, siempre mantuvo una versión paralela a la oficial. Él siempre defendió una trama oscura y criminal compuesta por empresarios y políticos que usaron su poder para manejar la investigación a su antojo. Esta organización, como defendió Juan hasta su muerte, tenía como objetivo la grabación de videos 'snuff'. Según su teoría, estas élites pagarían grandes sumas de dinero para matar a la persona o personas de esas cintas.
Juan Ignacio declaró en la serie documental que poseía una de esas cintas. Según él, la entregó a el Ministerio del Interior, pero nadie puede afirmar este hecho. Sin embargo, tras su muerte, no queda nadie que confirme la existencia de esa cinta snuff. El criminólogo llegó a decir varias veces que antes de morir desvelaría ese video -o pista- definitivo, pero, al final, nada.
Los huesos de La Romana
La fosa de La Romana, lugar donde fueron encontrados sin vida los cuerpos de Miriam, Desireé y Toñi, es un lugar de peregrinaje por muchos turistas y curiosos desde el crimen. Una ruta macabra que lleva a los visitantes a recorrer los distintos lugares de las tres jóvenes y sus dos asesinos.
Vicente, uno de esos curiosos y ferviente seguidor del caso Alcásser, se encontraba en julio en la zona de la fosa de La Romana como declaró a 'Espejo Público'. Cuando se encontraba descansando, pudo divisar un pequeño hueso que se "parecía" a la "colilla de un cigarro", según explicó en el programa. Tras acercarse y comprobar que era un hueso lo entregó al cuartel de la Guardia Civil. Poco después, la autopsia, revelaría que era una falange de una de las jóvenes.
El chico explicó que fue un hallazgo causal y que de ninguna manera rebuscó en la zona donde se encontraron los huesos de Miriam, Desireé y Toñi. Eso alimentó aún más diversas teorías conspirativas en torno al caso.
La 'tercera vía'
Para muchos, Antonio Anglés y Miguel Ricart no fueron los únicos implicados en el triple asesinato de Alcasser; de hecho, lo afirman y ven imposible que solo ellos dos fueran los autores, como declaró varias veces el forense Luis Frontela, en plena investigación oficial. Sin embargo, casi tres décadas después esta teoría sigue muy viva.
De hecho, Luis Frontela, no fue el único que apoyó esta tesis. El propio Juan Ignacio Blanco ya señala esto en su teoría conspirativa de la cinta snuff y de la implicación de gente de poder en el triple asesinato. Sin embargo, Luis, no apoyó esa teoría exacta de las élites políticas y empresariales, pero dejó caer que Antonio Anglés no pudo escapar por sus propios medios y que tuvo que ser ayudado por más implicados.
El forense en un intento por teorizar otra nueva vía con respecto a la huida de Antonio Anglés, declaró en el programa de 'Cuarto Milenio' que este no llegó a salir nunca de España ya que sabía demasiado. Ramón Campos, el productor de la serie documental, desacreditó tajantemente a Frontela y le acusó de querer seguir viviendo del caso.
