Tapando sus partes íntimas con una banda de tela rosa y estampado de corazones, cada 14 de febrero Cupido nos recuerda que vivimos en una sociedad anclada en tópicos y estereotipos que reproduce un concepto de relaciones sentimentales basado en el amor romántico, tan arcaico como dañino. Sin embargo, San Valentín se presenta tan banal que ni siquiera sirve como pretexto para escribir un artículo trascendental sobre este asunto.
Así que hoy hemos optado por recuperar el lado más absurdo del día de los enamorados y rescatar 5 razones por las que está más que justificado odiar esta fecha. Seguro que más de una te resulta familiar.
1 Cupido eleva el frikismo a su máximo exponente
Dicen que los millennials trajimos un concepto diferente del amor; más libre pero también más práctico y exigente. Las nuevas generaciones establecen filtros más cerrados a la hora de elegir pareja y, sobre todo, plantean condiciones más rígidas para prolongar una relación en el tiempo. Sin embargo, todavía quedan jóvenes condescendientes ansiosos por iniciar un verdadero romance aunque la pareja que les acompañe no sea del todo lo que esperaban.
En determinadas ocasiones, ni siquiera les importa si humano. Y es que, ¿qué importa tener un novio virtual si puedes pasar San Valentín acompañada? Esto deben pensar los millones de japonesas aficionadas al último videojuego de temática amorosa diseñado especialmente para mujeres.
Entre la sociedad nipona se ha popularizado un juego virtual que permite a sus usuarias establecer una relación sentimental con un avatar con el que experimentar las situaciones, emociones e, incluso, fantasías propias de una relación real. Como si de un tamagotchi se tratase, la atención dedicada al novio en cuestión debe ser regular para progresar en la relación y evitar que fracase.
Según informa RT, varias jugadoras japonesas han afirmado llegar a establecer una fuerte conexión sentimental con su novio virtual, a sabiendas de que no es una persona real.
Si este San Valentín veis a alguna mujer cenando a la luz de las velas junto a su móvil, pensad que, seguramente, su novio virtual se encuentre al otro lado de la pantalla comentando lo mucho que han acertado con el vino.
2 Las parejas escaparate exhiben su amor hasta límites insospechados
El amor nos chuta altas dosis de dopamina, manteniéndonos en un placentero estado de felicidad que nos ayuda a relativizar los pequeños roces diarios y a exaltar el más simple de los momentos en pareja. Sí, la felicidad y el amor son siempre positivos y no hay problema en compartirlos con tu entorno, siempre y cuando el tiempo que se emplee en disfrutarlos sea mayor que el usado para proclamarlos en las redes sociales.
De verdad, enamorados del mundo, no es necesario que publiquéis una fotode cada vez que llueve y os quedáis en casa viendo una peli, ni de cada noche que salís a cenar, ni de todos los hobbies que compartís como la pareja perfecta que sois ni, en definitiva, de cada momento que compartís disfrutando de vuestra compañía.
Entre publicar declaraciones de amor cada lunes y miércoles, etiquetaros mutuamente en selfies con cara de pena diciéndoos cuánto os echáis de menos los martes y los jueves y compartir vuestros planes de pareja los fines de semana, ¿os queda tiempo para daros un simple beso en la intimidad o deciros algo mirándoos a la cara?
Con tiempo o sin él, especialmente en San Valentín las parejas escaparate llenan sus redes sociales de amor virtual hasta provocar el empacho de sus seguidores.
3 El 14 de febrero se multiplican los casos del conocido "complejo de literato"
Cada San Valentín se retuercen en su tumba poetas que escribieron con destreza al amor y que ahora ven sus citas y versos acompañando fotos de parejas rodeadas por globos con forma de corazón. Más grave aún se vuelve el asunto cuando algún enamorado decide dedicarle unas palabras robadas a su amada y no encuentra mejor foto para acompañar el texto que una en la que aparece ella posando frente al espejo con el destello del flash cubriendo su mano derecha.
Si Neruda y Benedetti levantaran la cabeza quedarían apabullados ante tanta elegancia. Aunque alucinarían más si cabe con el arrojo de algunos y algunas que se atreven a improvisar unas letras para el amor que les endulza este San Valentín. El don de la escritura no se le concede a cualquiera, pero nuestros recurrentes amigos "inefable" y "serendipia" ayudan siempre a salir del apuro.
No sé si será verdad eso de que el amor es ciego pero si ve algo, sin duda, no debe saber leer.
4 Un San Valentín en soltería muta en el Día de #hoyamocualquiercosa porque #soysingleyguay
No tienes pareja pero te sobran carencias emocionales y crees que necesitas un alma gemela que te complete como persona. Sin embargo, aún te queda algo de orgullo y quieres mostrarte al mundo envuelto en una falsa seguridad perfumada con ese aire chic de single prefabricado.
Si la descripción anterior encaja contigo, no desesperes. Facebook tienen preparadas para ti un sinfín de páginas que se han inventado alternativas a San Valentín para todo aquel que se muere por celebrarlo pero finge que no le importa no poder hacerlo.
Si tienes perro, gato o una avestruz puedes decir que celebras el amor hacia tu mascota que, además de tierno, es muy cool. Si tienes una amiga que comparte tus pequeños problemas podéis celebrar juntas cuánto os queréis bebiéndoos un batido de chocolate o viendo una película plagada de tópicos y estereotipos. Encabezan la lista de opciones cualquiera de 'Bridget Jones' o, si no os importa añadir un toque machista a la cita, '50 Sombras de Grey'.
Si no tienes a nadie que quiera participar en tu pantomima siempre puedes declararle tu amor a la pizza, o las hamburguesas si quieres marcar la diferencia y contarle al mundo que vas a celebrar el día de San Valentín cenando comida basura en tu reconfortante soledad.
¡Qué modernos y alternativos sois los singles!
5 Las listas de ideas originales para regalar en San Valentín son cualquier cosa menos originales
Un San Valentín sin regalos es inconcebible. Cada 14 de febrero, los enamorados se consienten intercambiando presentes que prueban su amor. Quizás los más clásicos sigan apostando por los típicos bombones, las flores o el oso de peluche, pero cada vez son más las parejas que optan por romper con la tradición y sorprender con otro tipo de regalos.
Para aquellos que nunca saben que regalar, multitud de revistas y de plataformas digitales elaboran listas con regalos recurrentes que suelen titular con "Ideas originales para regalar en San Valentín", aunque la originalidad brille por su ausencia. Una chaqueta de cuero, unos guantes o una Tablet pueden ser regalos de lo más prácticos pero no son precisamente originales.
Hay otros portales que prefieren recuperar el lado romántico y proponen ideas DIY personalizables con las que sorprender a tu pareja. Hay que reconocer que algunas son de lo más tiernas pero como te pases con los corazones o no tengas demasiada maña, el regalo puede terminar pareciéndose demasiado al que hacías en el colegio para el día del padre.
Como broche de oro, encontramos los regalos en forma de experiencias, como la socorrida cena o la escapada de fin de semana que utiliza San Valentín como pretexto. Quizás salgan de la rutina pero tampoco son especialmente originales, sobre todo cuando incluyen sugerencias picantes como animar la noche con un picardías o estrenar lencería especial con cuatro corazones y dos lacitos demás. ¡Todo un escándalo, vaya!