Cuando el pasado 25 de abril supimos que Cristina Cifuentes había robado en 2011 dos cremas en un supermercado que se situaba enfrente de la Asamblea de Madrid, la sociedad se echó las manos a la cabeza porque una política había hurtado por un importe de 40 euros. Aunque a decir verdad, muchos políticos tendrian que haber dado un paso atrás antes o ahora seguir su ejemplo. Eso sí, la dimisión de la líder del PP madrileño tiene que ver más con el fraude del máster que con el robo de dos cremas, pero se ha desgastado y ante las supuestas amenazas que habría recibido, se ha visto obligada a dar un paso atrás.
Sin embargo, un día después de que saliese a la luz el vídeo del supuesto robo hemos conocido que Cifuentes habría dimitido antes y por el mismo motivo: el hurto. Y es que la política fue acusada por las alumnas que vivían en el colegio mayor que dirigió entre 1995 y 1999 de haber sustraído pendientes y bolsos de marca. Se trata de la residencia de estudiantes Antonio Caro, ya cerrada, que se situaba en el campus de Moncloa y en la que se llegó a formar una delegación de 150 alumnas que señalaban que Cifuentes era la autora de varios robos.
Todo comenzó cuando las chicas que vivían allí con la familia Cifuentes, que residían en la segunda planta, vieron que les faltaban ciertas prendas. Primero fueron pendientes de bisutería y luego una bufanda de marca que estaba en un armario guardada para el invierno. Después los robos se extendieron, según publica hoy El Español. Cuando dimitió de su cargo como directora del centro de estudiantes Cifuentes dijo: "No me echan, me voy yo", palabras que recuerdan a su renuncia a la presidencia de la Comunidad de Madrid, ya que aseguró que no se debía al vídeo del robo, sino que la decisión ya la tenía tomada. El motivo de las dos dimisiones sigue sin convencer.
Las alumnas que tuvieron a Cifuentes como directora cuentan que esta solía organizar actividades culturales de manera asidua y que daba una imagen de mujer progresista y con las ideas muy claras. Bajo su dirección las residentes pudieron ver cómo la política del PP eliminó el toque de queda y estableció la posibilidad de que las chicas pudieran acceder a las habitaciones con las personas que quisiesen. Sin embargo, esto no hacía que las estudiantes se olvidasen de los continuos robos que se sucedían en el colegio y el principal tema de conversación eran los hurtos.
Robo cuando el centro estaba cerrado
Cifuentes al principio era una más, pero cuando dos de las jóvenes comenzaron a recibir propaganda del PP sin que ellas hubiesen facilitado sus datos al partido, hizo que la imagen de la directora decayese. El momento clave fue la Semana Santa de 1999 y es que en esa fecha una de las alumnas denunció el robo de dos bolsos de una conocida marca en su propia habitación. La desaparición de estos complementos tuvo lugar justo cuando el centro estaba cerrado y las alumnas se encontraban de vacaciones. Fue en ese momento cuando todas sopecharon de Cifuentes porque en ese momento sólo estaban en el edificio los vigilantes y la familia de la expresidenta de la Comunidad. Además, cuando las alumnas no estaban las llaves de sus habitaciones se quedaban en la recepción, adonde aseguran que era muy fácil acceder.
Las sospechas entorno a Cifuentes se incrementaron cuando comenzaron a desaparecer dinero, pulseras y otros objetos que las estudiantes dejaban en sus cuartos. Desde ese momento hasta la primera reunión de las alumnas afectadas por los robos pasaron seis meses, es decir, en noviembre de 1999 todas quedaron para hablar de lo que estaba ocurriendo en el colegio. En dicha reunión varias alumnas habrían señalado a Cifuentes como la autora de los hurtos y la mayoría secundaron las acusaciones. Aunque según varias fuentes consultadas por El Español, aseguran que también hubo personas que defendieron a la política. Estas alegaron que las acusaciones a Cifuentes eran un ataque personal hacia esta porque era una figura reconocida del PP.
Del encuentro entre alumnas se creó una comisión que se encargó de hablar directamente con la propia acusada. En uno de los encuentros, las representantes le habrían trasladado a Cifuentes la intención de denunciarla ante el rectorado de la Universidad Coplutense de Madrid para poner el caso en manos de la Justicia. Tras esta reunión Cifuentes dejó el cargo de directora del colegio mayor Antonio Caro por "motivos personales". No dio más explicaciones. Una de las exresidentes cuenta que su salida "fue muy brusca. Cuando volvimos de las vaciones los cuadros pintados por su marido, semejantes a los cómics de Tintín, desaparecieron de los pasillos del colegio que antes las decoraban".
La ya expresidenta de la Comunidad de Madrid negó las acusaciones, pero casi 20 años después sus alumnas dicen lo contrario y aseguran que fue ella quien cometía los robos en el centro.
