Después de 21 años entreteniendo a los adolescentes españoles, la revista Bravo para sus rotativas. Durante dos décadas, la publicación ha sido uno de los grandes compañeros de los jóvenes españoles, y aunque parezca increíble, ha sido la fuente de referencia para conocer la vida de los que fueran nuestros ídolos.
Después de 552 números y años de veteranía la edición del grupo Bauer dice adiós, al igual que lo hicieron otras impresiones míticas del momento, como la Súper Pop, que dejó de salir en papel en mayo de 2011. No obstante, la Bravo nos ha dejado grandes momentos que todos recordaremos.
1 Más atrevida que la Superpop
La edad del pavo tenía un claro punto de inflexión, el momento en el que pasabas de comprar la Súper pop a la Bravo, y eso era así. Llegado el momento en el que comenzabas a desarrollar una faceta más madura (risas), la revista tenía un material mucho más completo que su homóloga.
2 Fantásticos regalos
Seguramente aún no hemos frotado lo suficiente para quitar el óxido que dejó uno de sus anillos en nuestra mano, y es que si la Bravo te regalaba un abalorio lo lucías con el mismo glamour que Audrey Hepburn en 'Desayuno con diamantes', mínimo hasta que tu dedo cambiara de color, eso era de ley.
3 Te comprendía en tus momentos más íntimos
En el momento de tu primera menstruación quien estaba ahí contigo, ayudándote, era la Bravo, que sabía más que nuestras propias madres con sus sabios consejos sobre cómo sobrellevar esos malditos días del mes. Además, regalaban muestras periódicas con productos para la higiene íntima, con el objetivo de que fueras probando y comprobando cual era el que mejor se adaptaba a ti. Y, confesad, ¡aún guardáis el neceser que regalaban para guardar las compresas!
4 Sexo
Empezaba la época del tonteo, y con ciertas edades hay cosas que da mucho reparo consultar con los más mayores. Es por ello que nuestra revista estrella ofrecía algunos consejos para comenzar con las relaciones íntimas, además de divertidas historias sobre encuentros sexuales que a nuestra vista merecían los dos rombos.
Eso sí, como te pillara tu madre leyendo dichas historias no te volvía a comprar la Bravo, y tenías que volver a la Súper pop, y eso era una involución que no podías permitir.
5 Tierra trágame
Al igual que las historias de sexo también eran populares las historias 'Tierra trágame', momento vergonzosos que los lectores compartían con el fin de aliviar sus penas y sacar unas cuantas risas al personal.
6 Póster tamaño real
El primer hombre que pisó nuestras habitaciones fue el que salía en los póster que regalaban en las revistas. Además, estos eran un asunto de vital importancia, y en muchas ocasiones era el argumento para discernir entre comprar la Bravo o la Súper pop (La Loka no, que por aquel entonces era demasiado atrevida).
7 Psicología en estado puro
Ni siquiera los cuestionarios del colegio sabían tanto de ti como lo que escudriñaba la Bravo con uno de sus test. Gracias a sus preguntas eras capaz de adivinar qué famoso iba a ser el hombre de tu vida o cuál de las tres embrujadas eras tú. ¡Eso sí que es psicología!
8 Maquillaje S.O.S
Llegaba el momento, era tu primera cita y no sabías ni besar ni maquillarte ni vestirte. No pasa nada, ahí estaba tu Biblia semanal para explicarte qué pasos debías seguir. Y por si la señora de rojo te visitaba antes de lo previsto no pasaba nada, ahí llevabas contigo el neceser con las compresas. Si es que, ¡pensaba más en ti que tu santa madre!
9 Todo sobre tus ídolos
En la era de hacer trabajos con la enciclopedia, ¿quién estaba ahí contigo para contarte todos los datos sobre los famosos? Claro que sí, la Bravo. Gracias a sus fichas, conocías a la perfección todos los detalles sobre sus vidas: su color de pelo, de ojos, su estatura, su color favorito... Vamos, el registro de acosadora en toda regla.
10 Brujería y hechicería
No necesitabas ir a Hogwarts, la Bravo ya te contaba todos los hechizos que necesitabas saber para tu día a día, véase cómo conseguir al chico que amas, cómo sacar buenas notas en la próxima evaluación o cómo lograr que vuestra amistad sea para siempre.
