Atentos, podríamos estar ante el comienzo del fin de una etapa histórica: desde hace unos días la página web de Fotolog no se encuentra operativa y un aviso de 'error 522' salta cuando se intenta acceder a los enlaces. Fotolog marcó la adolescencia de muchos de nosotros y fue la primera gran red social que cobró protagonismo en nuestras vidas. Ahora es también la primera con semejante éxito en cerrar, a la espera de que le sigan sus pasos Tuenti y quién sabe si Google+.
Se abre una nueva etapa de redes sociales decrépitas tras haber gozado de una época dorada, pero en nuestros recuerdos adolescentes quedarán los innumerables momentos que nos dieron en un momento en el que nadie entendía bien el concepto de red social.
Actualizado: Fotolog ha reabierto temporalmente y hasta el 20 de febrero para que sus más de 33 millones de antiguos usuarios recuperen las fotos y el contenido que subieron en su día. Hasta entonces, las cuentas volverán a estar operativas. ¿Te atreves a revivir tus días de adolescencia?
1 La gente publicaba sin filtro
Cuando Fotolog nació en 2002 nadie entendía lo que era una red social, principalmente porque este término aún no se manejaba. Por eso, la gente escribía sin filtro, y no nos referimos a los de Instagram, que hoy en día es lo más parecido a Fotolog que tenemos. Muchos de nosotros no éramos conscientes de que lo que publicábamos podía leerlo todo el mundo y hasta comentábamos abiertamente entre amigos lo que había ocurrido ese día en clase. Cuando comenzó Fotolog no existía la obsesión por la privacidad que tenemos hoy en día.
2 Comentarse era símbolo de amistad
Dado que no había botones de Me Gusta, Like o Compartir los comentarios eran la única manera de relacionarse en Fotolog. Tener muchos comentarios significaba que tu perfil era cool y, si no eras de los afortunados a los que les llovían sin esfuerzo, siempre podías acordar con tus amigos hacer un intercambio ("¿me firmas esta tarde el Fotolog y yo te firmo a ti?"). Además, en Fotolog existía la opción de dejar comentarios anónimos, lo cual era una fuente de caos asegurada.
3 Dedicar canciones a la persona anónima que te gustaba
En un principio, la gente utilizaba Fotolog para subir una foto de su ídolo o serie favoritos y contar lo mucho que le gustaba. Después se pasó a narrar cómo había ido el día, como si de un diario se tratara. Y, finalmente, surgió una corriente más minimalista, más cool, con poemas cortos dirigidos a un destinatario anónimo, a menudo dirigiéndose a él o ella en segunda persona. En este grupo entraban los que dedicaban canciones a ese amor imposible. Como no se podían insertar vídeos ni audios, se hacía un copypaste de la letra de la canción (si se dejaba la publicidad de 'megaletras.com' o 'supercanciones.es' mejor que mejor) y se colgaba una foto lo más emo posible. Y eso nos parecía lo más sentido del mundo.
4 Meterse en un bucle de perfil en perfil
Uno sabía cuando se metía en Fotolog, pero no cuándo salía. Era muy fácil ir pasando de un perfil a otro a través de los seguidores que tenían tus amigos y que las horas pasasen hasta acabar viendo el de una persona totalmente desconocida. De hecho, como consecuencia de la falta de filtro de la que hablábamos antes, los más cotillas tenían muy fácil enterarse de la vida y milagros de cualquiera.
5 Los primeros problemas provocados por una red social
Como consecuencia de todo esto más de uno se encontró un buen marrón al día siguiente después de que todo el instituto descubriese los comentarios que se había intercambiado con sus amigos poniendo a parir a la chica guay de la clase. O por haberse pasado de listo metiéndose con el pobre -mal llamado- 'marginado' y tener que ir al despacho del director. Fotolog destapó cuernos, descubrió amores secretos, sacó del armario a unos inocentes adolescentes y nos trajo los primeros marrones provocados por las redes sociales mientras aprendíamos que lo publicado en Internet tiene consecuencias en la vida real.
6 TKM mi ninio gÜ@pÒ
Con los SMS, Messenger y Fotolog comenzamos a acostumbrarnos a escribir en el teclado. La tarea era ardua para muchos y, por aquel entonces, si utilizabas todas las letras y acentos no molabas, así que había que quitar la letra 'h' y acortar en 'tkm' y 'tk'. Poco después surgió la moda por escribir con florituras, alternando mayúsculas, minúsculas y símbolos, así como jergas con perlas inolvidables como 'ninio', 'ninia', 'mÖr€nYkÒh' y '$hÜl@'. Para enterrarlo en el olvido.
7 Escanear fotos para subirlas al perfil
Cuando el Fotolog se puso de moda la mayoría no teníamos todavía una cámara digital, de ahí que subiésemos fotos random de Internet o recurriésemos a escanear las que acabábamos de revelar. Poco después y muy próximos en el tiempo llegarían dos regalos imprescendibles para todo adolescente: la cámara digital y el MP3.
8 Escribir en 'clave'
Con el tiempo, muchos se fueron dando cuenta de la poca privacidad que tenía, en efecto, lo publicado en Fotolog. Por ello surgieron soluciones como las páginas que, al insertar un texto y darle a un botón, daban la vuelta a los caracteres. Algunos lo hacían por mera estética, similar al estilo r€sHülÓn, mientras que otros se pensaban que, de esta manera, podían escribir libremente y sin preocuparse de que alguien fuese a descubrir el truco y enterarse del contenido del mensaje. Aficionados... con lo fácil que era coger un espejo y enterarse de lo más grande.
9 Tener un Fotolog en común era la unión definitiva
En aquellos años no había nada que uniese más que tener un Fotolog en común con tu mejor amiga en el que hablar de los pivones que os gustaban a las dos, de la ropa que teníais para conjuntaros y, en definitiva, de todo lo que hacíais juntas en el día a día, porque cada una de vosotras no tenía entidad propia cuando os separabais. Hasta que crecisteis y visteis que, en realidad, no os aguantabais. Hasta nunqui.
10 Personalizar tus colores
Frente a la simplicidad de las redes sociales actuales, en las que básicamente predomina el fondo blanco y una fuente muy sencilla, en Fotolog podías elegir el color del fondo y el color de la letra de tu espacio personal. Por desgracia. A más de uno nos sangraron los ojos tratando de leer textos en azul sobre fondo verde fosforito o en rosa con fondo rojo. La personalización de las páginas y otras cosas que no echaremos de menos de la primera década de los 2000.
11 La simplicidad
Simplicidad. Si por algo nos enganchaba Fotolog era por lo simple que resultaba. Elegir una foto, subirla, meter un texto y poder comentar a quien te diera la gana. Más tarde llegarían muros, timelines, álbumes de fotos, vídeos, tweets y noticias compartidas. Pero, a principios del siglo XXI, nosotros éramos tan felices con una fotito (que, además, solía ser bastante cutre).
12 El espacio del Messenger fue su primer gran enemigo
Todo lo bueno acaba y, en plena ebullición tecnológica, la fecha de caducidad era más temprana de lo habitual. Por ello, cuando apenas tenía unos años de vida, llegaron los 'Espacios' del Messenger para hacerle la competencia a Fotolog, que eran lo mismo, pero más. Ahora podías subir todas las fotos que te habías hecho con tu amiga, con la que ya no tenías que seguir compartiendo perfil (¡por fin!), organizarlas en álbumes y hasta poner vídeos y sonidos. El primer paso hacia Facebook que, sin embargo, antes pasaría por Tuenti. Pero eso, Replicantes, es otra historia.