Maddie es una chica transgénero de doce años. Quizás por transfobia (quizás), los padres de unos compañeros de clase la han amenazado después de que utilizase el baño de chicas, justo al que van las personas del género con el que ella se siente identificada. Por este motivo, la escuela de secundaría a la que acudía, situada en Achille (Oklahoma, Estados Unidos) cerró sus puertas, pero el miércoles 15 de agosto volvió a abrirlas, según informa el medio Towleroad.
Antes de cambiarse de centro, Maddie utilizaba el baño del personal y en este decidió hacer lo mismo. Pero, al no encontrar este servicio, entró en el de chicas y algunas la acusaron de mirar por debajo de una de las puertas en las que se encontraba otra alumna. La madre de Maddie, Brandy Rose, asegura que esto es mentira y que además su hija necesita inclinarse mucho más hacia adelante para utilizar el baño. A partir de esa acusación, los padres de varios menores comenzaron a amenazarla en un grupo privado de Facebook.
Los adultos hablaban de Maddie utilizando palabras como 'eso' o "cosa' y sugirieron amputarle los genitales para "hacerla mujer". "Un buen cuchillo afilado hara el trabajo muy rápido", dijo alguien del grupo mientras que otra persona aseguró que era "temporada de caza" y que no había "límite de equipaje".
"Digámosle a nuestros hijos que le den una patada en sus partes en el baño"
En una de las capturas de las conversaciones que mantuvieron a través de Facebook, un padre dijo: "Si ella quiere ser mujer, la haremos serlo. Un chuchillo bien afilado hará el trabajo muy rápido". "Digamosles a nuestros hijos que le den una patada en sus partes en el baño y 'eso' no querrá volver", escribió otro. Mientras una madre preguntó cuántos años tenía "esta cosa" y un padre le contestaba que "él" llegó al colegio en quinto curso y ahora cursaba séptimo.
En otro comentario se llegó a decir que acababan de "inaugurar la temporada de caza". Tras leer estos comentarios, la madre de Maddie teme por la vida de su hija (quién no lo haría) y por eso presentó una orden de protección para la menor contra uno de estos padres ante el sheriff de la ciudad. Por el momento, el FBI sigue estudiando los mensajes vertidos en la red para ver si alguno constituye un delito de odio contra Maddie.
