Según afirma un estudio elaborado por la Cornell University, un misterioso objeto situado a 500 millones de años luz de la Tierra estaría emitiendo una señal de radio con una frecuencia exacta de 16 días.
Es, además, la primera vez que se detecta una periodicidad en las señales, conocidas como ráfagas rápidas de radio (FRB, siglas en inglés). Estas ráfagas son unas de las incógnitas más interesantes y desconcertantes que ha planteado el universo en los últimos años. Destacaron por primera vez en 2007 y tienen su origen en una fuente de energía bastante desconocida. Además, pueden producirse una sola vez o de forma reiterada.
El año pasado, el Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment Fast Radio Burst Project (CHIME/FRB), grupo dedicado al estudio de las FRB, descubrió que una de estas ráfagas poseía una cadencia regular. Por ello, decidieron hacer un seguimiento entre septiembre de 2018 y octubre de 2019 mediante el radiotelescopio CHIME, en la Columbia Británica. En ese periodo las ráfagas se agrupaban en un lapso de cuatro días y dejaban de emitirse durante otros 12, creando un ciclo total de 16 días.
"Concluimos que se trata de la primera vez que se detecta periodicidad en una fuente de FRB", señalaron en un informe publicado en enero. "El descubrimiento de una periodicidad de 16,35 días en la emisión de la ráfaga repetida nos da una pista importante sobre la naturaleza de la fuente que la origina".
Su origen, a 500 millones de años luz de la Tierra
Hace poco los científicos decidieron rastrear la ráfaga para conocer su procedencia: la galaxia SDSSJ015800.28+654253.0, que se encuentra a 500 millones de años luz de la Tierra. Asimismo, a pesar de que parezca una distancia descomunal, es la FRB más cercana a la Tierra que se ha detectado.
No obstante, todavía se desconoce qué la origina. Podría estar modulada por el entorno, y es que, por ejemplo, si el objeto que la produce estuviera en órbita alrededor de un objeto compacto, solo podría emitirla a la Tierra en un determinado momento, lo que explicaría dicha periodicidad de 16 días.
Otro estudio publicado en arXiv, elaborado por otro grupo de investigadores, mantiene que quizá estemos ante un sistema binario formado por una estrella gigantesca y un núcleo estelar superdenso, conocido también como estrella de neutrones, que emitiría ráfagas cuyas señales quedarían eclipsadas por los cientos de su compañera.
Sin embargo, hay muchas posibilidades: otra sería que no hubiera ningún objeto atenuante al ritmo de la FRB, y que la señal procediera directamente del origen. Podrían originarse en erupciones de estrellas de neutrones, conocidos como magnetares, pero esto no coincidiría con la periodicidad ya mencionada.
Por tanto, el equipo del CHIME/FRB espera hallar patrones similares en otras ráfagas con los que se pueda establecer si estos ciclos son o no comunes, y seguirán investigando la FRB 180916.J0158+65 para no perderse ningún detalle que pudiera revelar más información acerca de su origen.
El enigma de las FRB lleva dando dolores de cabeza a la comunidad científica desde hace más de 10 años, aunque ahora gracias al CHIME cada año podemos conocer nuevos datos.