El denominado Guardián de la Estrellas, aquel "personaje" de uno de esos videos clásicos y virales de YouTube, ya nos lo advirtió hace años atrás: "¡Vivís en Matrix!". Pues parece que su teoría tiene muchos adeptos entre unos supuestos científicos, si es que se los puede llamar así, ya que creen que muchas posibilidades, hasta el 50% por ciento, en el que nuestro mundo sería una mentira construida por un programa informático.
Esta teoría conspiranoica no es precisamente de ahora, pero ha vuelto a correr como la pólvora gracias a las fake news, bulos de internet, fuentes "fiables", supuestos "entendidos" y algún que otro personaje público que ha apoyado esta absurdez. Por eso, no es de extrañar que muchas personas e,incomprensiblemente cada vez más, apoyan o secreen este tipo de teorías de que vivimos en Matrix o que la tierra es plana. Los síntomas están ahí.
Javier Salas, en el El País, explica y deja bastante claro el augeque están viviendo este tipo de teorías conspiranoicas. "En EEUU, solo el 66% de los más jóvenes está plenamente convencido de que la Tierra es una esfera", escribía en su Twitter el periodista. Por eso, no es de extrañar que algún que otro supuesto experto piense que hay gran posibilidad que nuestro mundo sea una simulación, al estilo 'Los Sims', donde unos seres superiores nos manejan a su antojo.
¿Se imaginan que, en realidad, las decisiones que tomamos no las tomamos nosotros sino unos seres superiores que nos manejan? ¿Se imaginan que no existe el libre albedrío? ¿Y si nada depende de nosotros sino de un juego en el que somos meros peones? Eso es precisamente lo que plantea esta teoría que, si bien puede resultar divertida, hacerte reflexionar o plantear el próximo capítulo de 'Black Mirror', no deja de ser absurda.
El surgimiento de estas teorías
El auge de este tipo de creencias y pensamientos conspiranoicos, como apunta Javier Salas, parece darse en tiempos de incertidumbre y de crisis económica y en los colectivos más desfavorecidos que presentan un cuadro de insatisfacción en muchos ámbitos de su vida. Estos movimientos triunfan en un contexto socioeconómico en el que "están aumentando las disparidades sociales entre quienes tienen más privilegios y más carencias. Y esto hace que aumente la desconfianza hacia gobiernos y expertos", explica Susana Martínez-Conde, directora del laboratorio de Neurociencia Integrada de la Universidad Estatal de Nueva York, en el artículo de Javier Salas.
Estas comunidades rechazan la ciencia y los expertos y, cuidado, muchos se ven "atrapados" por esas teorías. Un colectivo que usa la fuerza de los argumentos simples y maniqueos en fenómenos complejos, que rechazan la contraargumentación y difunden falsedades por todas las redes sociales para que calen a otros, en una época donde la palabra incertidumbre está muy instalada en nuestra sociedad. No, señores, la Tierra no es plana y no vivimos en Matrix.