Majestuosos caballos con un puntiagudo cuerno sobresaliendo de sus frentes, con sangre tan pura que contenía propiedades mágicas. Así es como llevan siglos vendiéndonos la figura del unicornio en la literatura fantástica para después rompernos la ilusión y restregarnos en las narices que no, que los unicornios no existieron. Sin embargo, la ciencia ha desmentido dos mentiras: los unicornios sí existieron, aunque la versión de la literatura no es más que una idealización de los que, en su día, fueron los unicornios reales.
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Bautizados como Elasmotherium sibiricum (o unicornio siberiano), lo cierto es que los últimos restos hallados de este animal nos hacen creer que el unicornio es un pariente más cercano al rinoceronte que al caballo en sí. De dos metros de alto y cuatro de largo, con un peso aproximado de cuatro toneladas y recubiertos de pelo, estos 'unicornios' poblaron la Tierra hace unos 29.000 años.
Porque sí, tenemos que considerar a este rinoceronte peludo como 'unicornio' al tener un único cuerno que sobresalía de su frente, entre los dos ojos. La calavera encontrada por los investigadores en la Universidad de Tomsk State (Rusia) ha aparecido en la región de Pavlodar, en Kazajistán. Por tanto, se sobreentiende que estos animales poblaron la Tierra en Asia, concretamente en zonas siberianas.
El hallazgo de que 'los unicornios existieron' no es el único descubrimiento. Previamente se conocía la existencia de este animal, pero sus restos databan de hace 390.000 años. Una diferencia significativa que llevaba a pensar que los unicornios no habían llegado a convivir con los humanos.
Sin embargo, con el reciente descubrimiento podemos suponer que nuestros antepasados SÍ vieron a esta especie animal corretear viva, pues nuestros parientes prehistóricos comenzaron sus movimientos migratorios hacia Asia precisamente unos años antes de lo que data este nuevo descubrimiento.
Ahora bien, si los unicornios son reales aunque se parezcan como un huevo a una castaña a lo que teníamos en mente, ¿qué otros animales dejarán de ser mitológicos y pasarán al imaginario real científico? Yo apuesto por el hipogrifo. Ojalá sea el hipogrifo.