Irán lleva cerca de una década impulsando un programa nuclear que, aseguran, tiene fines completamente pacíficos. Mediante la construcción y puesta en marcha de centrales nucleares, el régimen de los Ayatolás tendría una fuente estable y relativamente barata de energía con la que abastecer a su población.
Esto suena extraordinariamente bien sobre el papel - electricidad barata para un país en vías de desarrollo -, pero cuando tus líderes pregonan una y otra vez contra la existencia del estado de Israel... Hay quien empieza a sospechar que la creación de armamento nuclear puede ser una buena forma de resolver de un plumazo todas las diferencias que los líderes iraníes tienen con el estado judío.
Irán ha intentado convencer a la comunidad internacional sobre lo pacífico de sus actividades nucleares pero Estados Unidos de América y su socio israelí nunca han quedado convencidos. Las Naciones Unidas tampoco las tiene todas consigo, como demuestran las ocho resoluciones contrarias al programa nuclear iraní aprobadas por su Consejo de Seguridad. Aunque esto último es redundante, ya sabíamos de antemano qué iba a opinar la ONU sobre el tema viendo la postura estadounidense.
Visto que las guerras suelen ser bastante impopulares entre la población civil y más si se sospecha que ese país puede replicar Nagasaki en tu patio trasero, Estados Unidos e Israel decidieron evitar el enfrentamiento directo y tomar un enfoque más sibilino.
En lugar de presentarse en Irán dispuestos a recomendar el cierre del programa nuclear a tiros, los responsables de los servicios secretos de EE.UU. e Israel desecharon el ataque "presencial" y apostaron por el virtual. Dicho de otra forma, enviaron a los iraníes un virus creado específicamente para ellos, Stuxnet.
¿Qué es el virus Stuxnet?
Stuxnet es una rara avis en el loco mundo de los crackers. Se dedica a espiar y reprogramar sistemas industriales sin dejar rastro y tiene unas cuantas características atípicas. Utiliza 4 vulnerabilidades de día cero de Windows, muy cotizadas entre los creadores de este tipo de software, para realizar su ataque, en lugar de una que habría sido la decisión lógica. Nadie que se dedique a crear virus informáticos malgastaría cuatro de estas codiciadas herramientas en una única creación.
Para poder desarrollar Stuxnet hacían falta conocimientos de las instalaciones a atacar y capacidad para testarlo en unas condiciones similares a las del objetivo. Estos requisitos tan exigentes hacen desechar cualquier posibilidad de que este virus haya podido ser creado por alguien que no cuente con el apoyo e infraestructura de una gran potencia.
Esto hace pensar que fueron el Mosad y la NSA quienes presuntamente colaboraron para realizar un programa informático único en su especie, diseñado para sobrecalentar las centrifugadoras de la central nuclear de Natanz. Este complejo es una de las piezas clave de la maquinaria nuclear iraní y se estima que Stuxnet paralizó una quinta parte de sus cerca de 5.000 centrifugadoras, retrasando sensiblemente la capacidad del régimen de Teherán para enriquecer uranio.
Para obtener un éxito tan arrollador el programa tuvo que probarse una y otra vez en unas instalaciones similares a las del objetivo. El New York Times dijo tener fuentes que confirmaban la autoría de Stuxnet por parte de los servicios secretos de Estados Unidos e Israel y aseguraba que la central israelí de Dimona fue el banco de pruebas antes del despliegue de la versión definitiva en Irán.
A pesar de todo el culebrón que rodea Stuxnet, no os preocupéis, Estados Unidos no dudará en hacer las paces con el régimen de los Ayatolás si así consigue un firme aliado contra el avance del Estado Islámico e ISIS. A nadie debería sorprenderle si se llega a dar esta situación, es política, y embrollos más grandes se han llegado a solucionar de la noche a la mañana si las circunstancias así lo requerían.
Corea del Norte vs Sony: el "caso 'The Interview'"
Pero Norteamérica no es la única gran potencia en ataques cibernéticos. Corea del Norte, el ermitaño régimen comunista dirigido por Kim Jong-Un, parece ser el responsable de uno de los actos de ciberterrorismo más sonados de los últimos tiempos.
Los servidores de Sony se vieron comprometidos por un ataque informático proveniente del país liderado por Kim Jong-Un, revelando toda clase de información comprometida de la empresa. Se filtraron guiones, películas antes de su estreno, datos de contacto de empleados, correspondencia privada... La compañía se vio metida en un buen embrollo y todo por culpa de 'The Interview'.
'The Interview' es una película donde participa el dúo formado por Seth Rogen y James Franco, en la que interpretaban a unos periodistas cuya misión era eliminar al tercero de los Kim por orden de la CIA en una visita de trabajo a Corea del Norte. Y como podréis suponer, a los dictadores no les gusta verse muertos en pantalla, ni siquiera en una comedia.
La película era horriblemente mala pero, por raro que parezca, Kim no atacó a Sony por ello. En su país se consideró el film como una broma de mal gusto, una provocación, una declaración de guerra, un acto de propaganda... Accediendo a la información privada de una gran empresa, Corea del Norte demostró tomarse las cosas muy a pecho y que puede hacer mucho daño sin tener que recurrir al armamento pesado.
De todas formas, resulta curiosa la decisión de atacar a una empresa dedicada al entretenimiento audiovisual, si tenemos en cuenta los antecedentes familiares del actual líder del país comunista. Su padre Kim Jong-Il, que le precedió como jefe de estado, era un gran cinéfilo y amaba las películas realizadas en Hollywood y Kim Jong-Nam, su hermano mayor y el que habría sido el sucesor lógico, fue defenestrado tras intentar entrar en Disneylandia Tokio con un pasaporte dominicano falso. Parece que a esta familia siempre le gustaron los productos capitalistas destinados a poner una sonrisa en nuestras caras.
Según parece a Obama no le gustó nada la jugarreta de los norcoreanos y decidió tomar represalias "proporcionales". Poco después de que el Presidente de Estados Unidos dijera estas palabras, Corea del Norte se quedó sin acceso a internet durante una buena temporada. Supongo que pensaron que nada podría molestar más al gordito de Kim que quedarse sin poder descargar torrents desde su iMac.
