Whatsapp, Telegram, Line... a través de todas estas aplicaciones de mensajería instantánea nos ponemos en contacto con nuestros seres más queridos y nos encargamos de contar todo tipo de intimidades. Pero, quizás, hay alguien más que está leyendo tu conversación.
Según varios documentos desvelados por WikiLeaks, la organización de espionaje ha desarrollado un nuevo programa encubierto que permite acceder a cualquier conversación realizada en la aplicación de mensajería saltando el cifrado con el que se protege nuestra intimidad.
Lo peor, es que la CIA no actúa a través de los servidores de Whastapp, si no que ha desarrollado un virus que introduce en nuestros teléfonos móviles y que es capaz de saber, incluso qué estamos escribiendo aunque luego no lo enviemos.
Para más "inri", se desconocen las versiones de Android, iOS, Mac o Windows que pueden estar afectadas, por lo que todos somos potenciales objetivos de la agencia de seguridad. Incluso los televisores inteligentes pueden ser hackeados, así que nuestra privacidad está completamente en entredicho, en todos los aspectos.
Edward Snowden, que precisamente trabajó para la agencia, ha confirmado tal noticia, y ha asegurado que todo esconde "un problema mayor" que la violación del código encriptado. El antiguo agente de la CIA también ha confirmado que se han hackeado teléfonos con el sistema Android e iOS, es decir, los iPhone.
El uso de los smartphone como herramienta de espionaje
Junto a esta filtración, Wikileaks también ha asegurado que el hackeo de teléfonos móviles por parte de la agencia de seguridad estadounidense va mucho más allá. Así, Julian Assange ha afirmado que la CIA posee un arsenal malicioso del virus 'Year Zero', en español 'Año Cero', con el que pueden, por ejemplo, convertir un teléfono móvil en un micrófono conectado encubierto.
Para el desarrollo de esta herramienta, habrían colaborado con el MI5, la agencia de espionaje británica, un dato más que se encuentra enmarcado dentro de una de las mayores filtraciones públicas que ha sufrido la CIA en los últimos años.
Precisamente, los servidores de la plataforma en la que Assange hace públicas todas sus filtraciones, Wikileaks, ha recibido recientemente un ataque cibernético que ha dificultado la publicación de todos los datos.
Assange ofrece datos concretos y asegura que, junto al centro de Langley, la agencia usa el consulado de EE.UU. en Fráncfort, Alemania, "como una base encubierta para sus hackers en Europa, Oriente Próximo y África".
Lo peor de todo es que, al parecer, todo ese arsenal de virus informáticos ha perdido el control por parte de la CIA. Es decir, cualquier persona o entidad puede tener la capacidad de hackeo de la CIA y nosotros no somos conscientes. Y en todo ello, al parecer, no existe aún ningún control.