China dejará de celebrar el festival anual de la carne de perro tras la petición popular en contra de esta iniciativa. El evento se realizaba desde 2010 y era una iniciativa de los comerciantes de esta carne con el fin de aumentar las ventas.
Sin embargo, la tradición de comer la carne de los perros cada solsticio de verano había provocado un fuerte revuelo a nivel internacional. De hecho se llegaron a iniciar recogidas de firmas como esta con el fin de acabar con una tradición polémica.
Los vídeos capturados en la zona dan buena evidencia de lo que allí sucedía: los animales eran hacinados en jaulas minúsculas, donde no tenían prácticamente espacio para moverse, y eran maltratados sin ningún tipo de reparo por parte de la población que allí se congregaba todos los años. Finalmente, los sacrificaban y comían su carne.
La circulación de las imágenes terminó por provocar un escándalo y la ciudad de Yulin comenzó a tener muy mala imagen internacional al ser comparada continuamente con la celebración de este festival en el que se maltrataba a los animales sin pudor.
Por todo ello, el nuevo alcalde de la localidad, Mo Gong Ming, ha querido poner coto a este problema con el fin de limpiar la imagen internacional de su localidad: ha prohibido tajantemente la celebración de este festival y ahora se está planteando vetar también el consumo de la carne de perro.
La prohibición no ha sido una simple medida publicitaria: las sanciones pueden llegar hasta los 13 mil euros de multa y el posible ingreso en prisión para quienes incumplan la nueva legislación, tal y como ha relatado la organización Humane Society International, que ha supervisado el cambio legislativo.
Sin embargo, la acción de esta localidad no cambiará la cultura que aún reina en China: cada año se sacrifican a alrededor de diez millones de perros y cuatro millones de gatos en todo el país asiático. En la cultura oriental, el consumo de carne de perro no está mal visto socialmente, pero en algunas ocasiones se ha denunciado las condiciones en las que malviven estos animales antes de ser sacrificados para ser destinados a consumo humano.
En Yulin, las cifras aún habían sido más escandalosas. Tan solo en dicha localidad, se llegaron a sacrificar hasta quince mil mascotas perdidas o robadas, un problema al que ahora parece que se ha puesto coto.
Mientras tanto, las asociaciones animalistas se encuentran contentas: "Aunque sea una prohibición temporal, esperemos que tenga un efecto dominó y acabe con el comercio de carne de perro. He visitado Yulin muchas veces en los últimos dos años. Esta prohibición tiene sentido al lado de mi experiencia de que en Yulin y el resto del país las cosas están cambiando para mejor", ha relatado Andrea Gung, directora de la principal organización animalista china, Duo Duo Project.
Mientras tanto, el consumo de carne de perro continúa siendo bien visto socialmente, aunque las diferencias culturales pueden suponer una barrera en este sentido. En España, por ejemplo, se consume carne de conejo y en Estados Unidos, este tipo de actos se considera como faltos de humanidad. Sin embargo, hay que garantizar unas buenas condiciones para los animales y no celebrar el sacrificio de una vida, aunque no sea humana.