Si eres un fiel seguidor de la serie 'Black Mirror' o has visto por casualidad el primer capítulo de la tercera temporada titulado 'Nosedive', sabrás por dónde van los tiros. Para aquellos que todavía no han tenido el placer de ver esta obra de arte audiovisual (según la mayoría de la crítica), la sinopsis es la siguiente: todos los individuos de la sociedad puntúan virtualmente con su móvil la forma de actuar de los demás. Si sonríes al pedir un café, puntos que sumas. Si tu mal humor te juega un mal día, puntos negativos para ti.
Esto podría ser otro juego virtual más, salvo que en esta sociedad distópica, te pueden negar un crédito bancario, el acceso a la sanidad o impedir hospedarte en un hotel si tu puntuación virtual es inferior a lo establecido por el sistema. Algo parecido a tener acceso a determinados lugares dependiendo de tu nivel socioeconómico, aunque en 'Nosedive' se lleva al extremo más absoluto y te conviertes en un verdadero parásito social si no cumples con las exigencias en las puntuaciones. Toda una locura.
Pues bien: la ficción puede convertirse en realidad dentro de muy poco tiempo. China, el país que mantiene una dictadura comunista-capitalista y ejerce un férreo control de censura sobre la población negándole el acceso a miles de páginas webs y, por ende, a la información, está desarrollando un sistema de puntos para calificar a sus ciudadanos en base a sus datos bancarios, económicos, sociales, políticos, legales e incluso teniendo en cuenta todo aquello que se compra, ya sea a través de la red o físicamente.
Un futuro aterrador
Con este sistema de puntos entrelazando toda la información de la vida de cada ciudadano, se pretende crear una estructura que determine el grado de fiabilidad de todas las personas del país. Lo más sorprendente es que la mayoría de los chinos está de acuerdo con este procedimiento. Y lo peor: en el caso de tener una puntuación negativa, tendrá consecuencias en la vida diaria.
Este sistema se lleva elaborando desde 2015. En septiembre de 2016 se hizo público un primer borrador en el que se pudieron conocer las consecuencias de ser considerado "un mal ciudadano": perder la posibilidad de presentarse a un cargo público, no tener acceso a la seguridad social, no acceder a camas en trenes nocturnos, ser inspeccionado exhaustivamente en los controles, los hijos no podrán acceder a las escuelas más caras o la prohibición de entrar a hoteles y restaurantes con estrellas altas, entre otros impedimentos.
Todas las personas que no cumplan con el pago de un crédito a tiempo, tengan deudas, cometan fraude, sean multados o lleguen a publicar opiniones contrarias al gobierno serán duramente castigados por este sistema de control de la población que se asemeja a 'Black Mirror'. Por ahora, se desconoce la fecha de implementación de esta estructura de control, aunque se baraja que a partir de 2018 se escogerán las mejores plataformas privadas para desarrollarlo de manera obligatoria.
Pruebas pilotos
En la actualidad, existen supuestamente ocho compañías privadas que han puesto en marcha mecanismos pilotos para recopilar toda la información de los ciudadanos. Sesame Credit se encuentra entre ellas: un algoritmo de esta compañía determina si una persona es fiable para concederle un préstamo o no. Además, permite a sus usuarios publicar sus puntuaciones en las redes sociales para demostrar que es alguien de confianza.
La información privada que se recopila es preocupante: multas, retraso en los pagos de impuestos y hasta las compras que se realizan. Por ejemplo: si compras pañales y comida de bebés, la plataforma puede determinar que eres un ciudadano responsable con hijos a su cargo. Sin embargo, de ser un aficionado a las películas o videojuegos, quizá te califiquen como alguien improductivo.
Cada capítulo de 'Black Mirror' puede gustar o no a aquellos que los visualicen. Sin embargo, esta experiencia audiovisual conlleva a una profunda reflexión sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el ser humano. Lo que veíamos como algo lejano, distópico, absurdo, ficticio y fruto de la imaginación de unos guionistas, puede convertirse en algo real en un futuro que cada vez es menos futuro y más presente.
Ya no se trataría de una simple teoría de la conspiración: el gobierno de un país donde el censo de la población supera los mil millones de habitantes, tiene previsto deshumanizar la humanidad con un sistema de fiabilidad que vulnera la privacidad de forma directa, más aún si cabe, en un mundo donde cada vez la sociedad está más expuesta a través de la red de redes y más controlada por las administraciones y las multinacionales.