Las autoridades chinas han confirmado que la farmacéutica Changsheng Biotech ha falsificado, adulterado y utilizado materiales caducados para elaborar todo tipo de vacunas. La sociedad actuó por esta vía para ahorrar costes, según concluye el Gobierno chino y reconoce la agencia oficial de noticias Xinhua.
La empresa se había visto involucrada en esta investigación, aunque no había confirmación oficial. Sin embargo, con el desarrollo de las pesquisas, el equipo del Consejo de Estado confirmó este extremo. Todo ha derivado en tests irregulares y, quizá, futuros problemas de salud para los afectados.
La investigación ha hallado todo tipo de datos que podrían complicar seriamente la situación judicial de la empresa. Por ejemplo, que ocultaron y falsificaron pruebas para evitar la acción de los tribunales, lo que sumaría otro delito de obstrucción a la Justicia y falsedad documental.
Por otro lado, los 16 directivos al frente de la sociedad (entre los que se encuentran la presidenta Gao Junfang), intentaron destruir 60 discos duros con datos de la empresa para eliminar todo rastro de pruebas, aunque la Policía ha conseguido recuperar todo el material.
Objetivo: aumentar la producción y ahorrar costes
Las prácticas de la compañía, que podían hacer peligrar la salud de los usuarios, tenían un único fin: conseguir que la producción aumentara y ahorrar costes. Para ello, por ejemplo, utilizaron fluido ya caducado en la elaboración de sus productos falsos y no certificaron que se encontraran en buen estado al salir de las instalaciones rumbo a los centros médicos.
Para no levantar sospechas, los jefes se inventaron registros de producción y falsificaron las facturas con fechas incorrectas para conseguir que todo se adecuara a los requisitos que imponen las autoridades.
La investigación partió de un trabajador anónimo que decidió denunciar todo a través de las redes sociales. Su mensaje alcanzó gran repercusión, aunque finalmente fue censurado por las autoridades chinas. A pesar de ello, la investigación continuó hacia adelante y ha conseguido destapar un caso de proporciones mayúsculas.
Las partidas falsificadas
Según la investigación que comenzó con una inspección realizada entre el 6 y el 8 de julio (cuando se ordenó paralizar la producción), señaló varias de las partidas que se han visto afectadas a ojos de las autoridades.
Por el momento, se estima que Changsheng Biotech falseó los datos en 113.000 vacunas liofilizadas contra la rabia en humanos. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades del país asiático reduce los casos a dos de cada 100.000 pacientes del país, sin que ahora se hayan diagnosticado reacciones adversas a las vacunas.
Las partidas afectadas podrían aumentar. En octubre del año pasado, se investigó a la firma por mostrar una pobre efectividad de otras 250.000 vacunas contra la difteria, la tosferina y el tétanos.
Las dudas han vuelto a salpicar a todo el sector sanitario chino, frecuentemente acusado por los pacientes de anteponer el beneficio económico a la salud nacional. Por ello, el presidente Xi Jinping ha ordenado una inspección general para recuperar la confianza de los ciudadanos.
La rabia se encuentra prácticamente erradicada en gran parte del mundo gracias a, precisamente, la efectividad de las vacunas. Sin embargo, en China se han registrado un total de 516 casos durante 2017, a pesar de que los contagios se han reducido de manera progresiva.