La moda por parecerse lo máximo posible a algunas celebridades lleva a algunas personas a llegar a gastarse auténticas fortunas para conseguirlo. Este es el caso de Amirul Rizwan Musa, un modelo malasio de 21 años que ha decidido que el culmen de la belleza no lo representa un famoso de carne y hueso sino un personaje virtual. Concretamente Squall Leonhart protagonista de Final Fantasy VIII.
La octava saga numerada del popular JRPG tiene al solitario Squall como protagonista y Amirul ha decidido que en su carrera como modelo era necesario llegar a gastarse casi 40.000 euros en parecerse lo máximo posible al joven seed. Rizwan ha desembolsado este dinero en varias operaciones que incluyen blanqueamiento de piel, operación de pómulos y de nariz.
En el Instagram de Amirul se puede observar el resultado de las operaciones para discernir si el gasto ha merecido la pena y si realmente se parece a Squall. Suponemos que la cicatriz a lo largo de toda la cara no estará dentro de los planes del modelo malasio.
Amirul inició este proceso con 16 años cuando a causa de una varicela su cara se llenó de cicatrices y su autoestima cayó, por lo que decidió que la solución estaba en el quirófano. "Estaba obsesionado con los personajes de anime y sentí vergüenza de verme con el aspecto que tenía entonces", ha declarado.
El resultado puede resultar más o menos satisfactorio, pero Rizwan ha sabido sacar provecho al asunto y se ha convertido en uno de los modelos más populares de Malasia, donde ha sacado su propia marca de cosméticos. Aunque también un cambio tan radical estéticamente le ha traído muchas críticas y agresiones verbales por haber renunciado a su identidad cultural malasia.
Las operaciones como medio para ser una celebridad
No es la primera vez que los medios nos hacemos eco de cómo algunas personas invierten todo su dinero en parecerse a sus ídolos lo máximo posible, como fue el caso del Ken humano que tristemente falleció por una neumonía.
Sin embargo, también hay personas que se gastan enormes fortunas en convertirse en seres que de otro modo no podrían ser, como aliens asexuados o en seres mitologicos como los elfos. Una finalidad que, aunque pueda parecer curiosa, no está exenta de peligros.
