Chanel ha vetado "la venta, directa o indirecta, de artículos de lujo a cualquier persona física, jurídica o entidad de la Federación Rusa, o para su uso en la Federación Rusa", tal y como publica el diario británico Daily Mail.
Coco Chanel no es la primera marca que tomó la decisión de cerrar sus tiendas en Rusia. También lo han hecho distintas empresas de moda, todo para cumplir con las sanciones comerciales que están siendo impuestas a Moscú por toda la comunidad internacional. Louis Vuitton, Dior y Aston Martin, además de marcas más populares, como McDonald's, H&M e Inditex, han cerrado sus tiendas y cancelado su venta electrónica.
Las influencers entran en rabia
Esta medida ha desatado las protestas de algunos ciudadanos del país responsable de las matanzas de civiles en Ucrania, que acusan a la firma de fomentar la "rusofobia" al vetarlos en las tiendas de Chanel de todo el mundo.
Distintas 'influencers' rusas, a través de sus redes sociales, han iniciado una acción de protesta que ya es viral. En ella se muestran destrozando los productos de la marca en un ataque de rabia. Es el caso de, por ejemplo, Victoria Bonya, quien destrozaba su bolso de Chanel denunciando "falta de respeto" de la firma hacia sus clientes, ante sus 9,3 millones de seguidores en instagram.
Otra creadora de contenido rusa, Anna Kalashnikova, explicó que ella suele viajar a Dubái para asistir a su semana de la moda y que los responsables de Chanel, al reconocerla, le impidieron adquirir productos: "Sabemos que eres una celebridad en Rusia, que irás allí y no podemos venderte artículos de nuestra marca", le dijeron.
Otra de las que se han sumado a este boicot es la actriz y presentadora de televisión Marina Ermoshkina, que difunde otra grabación en la que destroza un bolso con unas tijeras de podar "en nombre de su país". "Fuimos nosotras las que siempre hemos sido la cara de esta marca; las que desde pequeñas nos marcamos el objetivo de comprar un bolso de esta marca, pero ni un solo bolso, ni una sola cosa vale mi amor por mi patria, no vale mi respeto por mí misma" apunta.
Hace algo menos de un mes, Rusia bloqueó el acceso a Instagram después de que la empresa que la lleva, Meta, permitiera la publicación de "posts" que llamasen a la guerra y a la muerte del presidente ruso, Vladímir Putin. Numerosas blogueras se lamentaron entonces de que la cancelación de este servicio las dejaba sin lo que ellas consideran su medio de vida. Ninguna hace una mención siquiera a los miles de ucranianos muertos, heridos o desplazados por la guerra.