"Señor Verdejo, esté usted tranquilito", "Usted si se queda en esta tierra no tiene más remedio que verme y aguantarme", "Yo no sé si usted tiene la intención de medir la españolidad en base a mis apellidos", "En esta ciudad su discurso no tiene recorrido. Si no le gusta el panorama intercultural de esta ciudad coja el barco y váyase muy muy lejos". Estas son algunas de las palabras que la concejala Portavoz de Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC) de Ceuta, Fátima Hamed, ha dedicado al portavoz de VOX en Ceuta, Carlos Verdejo.
Me arrodilló ante sus pies señora mía ???????????????????????????????????? pic.twitter.com/h7rKF8BmO2
— ????Malamente???? (@MalaMalamente) September 6, 2020
Su discurso ha dado la vuelta a todas las redes sociales, precisamente cuando VOX (5 ediles) intenta explotar el discurso de la xenofobia y el odio a la comunidad musulmana en esta ciudad española situada en el Norte de África.
Fátima Hamed, de hecho, destaca la interculturalidad (un término que hace referencia la convivencia entre culturas y se contrapone a la multiculturalidad que apela VOX, un término que implica segregación) que se vive en Ceuta, donde conviven a diario musulmanes, cristianos y judíos.
La concejala no tiene problema en plantar cara a quienes intentan sembrar el odio en la Asamblea de Ceuta: "Tómese algo para la acidez, porque si a mi me pusieran nerviosa los fachas como usted, no estaría aquí ahora".
Tómense algo para la acidez, srs y sras racistas!@FatimaHHossain ????????????? https://t.co/vkGZ7iqIoh
— Maria Dantas (@_Maria_Dantas_) September 8, 2020
Ceuta, lugar complejo para VOX: un partido roto por la islamofobia de sus dirigentes y una alcaldía en la que el PP eligió al PSOE frente a la ultraderecha
La Ciudad Autónoma de Ceuta es un punto complicado para la ultraderecha de VOX. De hecho, el presidente y alcalde, Juan Jesús Vivas (PP) está en el cargo con un pacto impensable a nivel nacional: escogió al PSOE, con quien terminó pactando una abstención, frente a VOX, que quedó apartado.
La vida interna de la formación ultraderechista en esta localidad tampoco es fácil. A pesar de contar con cinco ediles, el partido está roto a nivel local desde el mes de enero de 2020, cuando varios responsables enviaron varios mensajes con contenido islamófobo a través de un chat privado.
A pesar de tratarse de un enclave con gran presencia de población militar y de voto tradicionalmente conservador, cuesta que el mensaje de odio hacia los musulmanes cale en una ciudad rodeada por Marruecos, situada en el norte de África y donde el 43% de sus habitantes profesan esta religión.