La cerveza representa la tercera bebida más consumida del mundo, después del agua y del té. Durante milenios, ha sido una bebida básica y un elemento clave de la cultura europea. Para elaborarla, se fermentan granos malteados como la cebada y la levadura, y después de esto se aromatiza con lúpulos cultivados en latitudes medias y sensibles a los cambios de luz, calor y agua.
En el periodo más reciente, la demanda de lúpulo artesanal ha crecido como consecuencia del auge de las cervezas artesanales, con un sabor más intenso. El problema es que, al aumento de esta demanda se suma la realidad de que las emisiones de gases de efecto invernadero que hacen que el planeta se caliente están empezando a afectar a la producción de lúpulo, reduciéndola. Esto lleva a los científicos a afirmar que el cambio climático hará que la cerveza sepa peor y sea más cara muy pronto.
Estudios en cuanto a la calidad de la cerveza
Un estudio publicado en la revista Nature Communications revela que la cantidad de lúpulo europeo disponible esta disminuyendo. Además, predice que los veranos más cálidos, largos y secos van a empeorar la situación, lo que puede llevar a que la cerveza se vuelva más cara y que, para abaratar costes, se reduzca aún más la calidad del lúpulo, lo que podría afectar a su sabor.
Este lúpulo se encuentra en el cuarto puesto en la escala de ingredientes cruciales para la elaboración de la cerveza, después del agua, la levadura y la malta. Se añade antes del proceso de hervido para añadir amargura, pero puede añadirse también después para cambiar el sabor general.
El estudio concluye que en algunas áreas clave de cultivo de lúpulo, hubo una caída de casi el 20% en la producción entre 1971 y 2018. Los investigadores pronostican que caerá entre un 4% y un 18% más para el año 2050 en caso de que los agricultores no se adapten a un clima más cálido y seco.
Por otro lado, han descubierto también que los ácidos alfa amargos del lúpulo, que influyen en el sabor de la cerveza, ya se han reducido debido a las temperaturas más altas, y predice que se reducirán hasta un 31% para 2050.
Científicos de la Academia de Ciencias de la República Checa (CAS) y la Universidad de Cambridge, relacionan la reducción de las cosechas con unas condiciones más secas, probablemente debido al cambio climático en los últimos años. "La falta de adaptación pondrá en peligro la rentabilidad del cultivo de lúpulo en algunas áreas. La consecuencia será una menor producción y un precio más alto para los cerveceros", explica Martin Mozny, coautor del estudio e investigador científico de la CAS.
A estos problemas se le añade que el precio de la cerveza ya ha subido un 13% desde 2020, debido en gran parte a la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania.
En cuanto al papel de los agricultores, estos están empezando a trasladar sus cosechas a una mayor altura, en valles con más agua, y han cambiado el espacio de las hileras de cultivos. Otros, por su parte, han tratado de instalar modernos sistemas de riego. Pero los autores del estudio advierten de que se necesitará una mayor inversión, además de ampliar drásticamente el área utilizada para producir el mismo lúpulo que ahora: "Los productores de lúpulo tendrán que hacer un esfuerzo adicional para asegurarse de obtener la misma cantidad que hoy, lo que probablemente significará la necesidad de una mayor inversión sólo para mantener el nivel actual del producto", finalizan los autores.