El cambio climático es una realidad: el año pasado, España sufrió cinco olas de calor, cifra desconocida hasta ese momento. En Córdoba se llegaron a alcanzar los 46'9 grados centígrados, y no fue la única ciudad que vio cómo su temperatura en verano (ya de por sí alta) aumentaba de forma considerable con respecto a la del año pasado. Como ciudadanos del mundo, esto nos afecta directamente, y de formas que incluso no nos habíamos planteado.
El cambio climático puede ser perjudicial para los alimentos y las bebidas que consumimos a día de hoy. Y es que hay bebidas, como el vino o la cerveza, que podrían llegar a desaparecer totalmente de nuestra vida debido al cambio climático, lo mismo podría suceder con el aceite de oliva picual o la merluza.
Bebidas que podrían desaparecer: la cerveza y el vino
¿Cómo sería nuestra vida sin cerveza?, os estaréis preguntando. Mucho menos divertida de lo que era hasta ahora, sin lugar a dudas. Pero es que según las previsiones de Jacobo Olalla, director general de Cerveceros de España, "como producto agroalimentario que es, se está viendo afectada por el cambio climático. La cerveza se produce con tres materias primas: agua, cuya relación con ese cambio climático es directísima; cereal, fundamentalmente cebada y que también se está viendo afectada. Y lúpulo, que se produce en la zona norte y que necesita mucha agua. De modo que la sequía y el aumento de las temperaturas son perjudiciales".
Con el vino sucede lo mismo: el cambio climático podría afectar a plantas como la vitis vinifera, que es extremadamente sensible a los cambios de temperatura. Desde Bodegas Torres han señalado que "la viticultura se está adaptando mediante técnicas que permiten retrasar la maduración de la uva, pero las previsiones en cuanto a las temperaturas son preocupantes. Si suben más de dos grados sería desastroso para la viticultura, tal y como la entendemos hoy, que ha dedicado milenios de experimentación hasta encontrar la mejor localización para cada vid. No se dejará de hacer vinos, pero serán diferentes".
Algunos alimentos que se verían afectados: la merluza y el chocolate
El problema fundamental con el pescado es que el cambio climático ha provocado que los peces acaben viajando al norte para así encontrar aguas más frías. No significa que vayamos a quedarnos, por ahora, sin pescados como las anchoas. Pero puede que estas comiencen a cambiar de hábitat y esto perjudique notablemente a los pescadores locales.
Además, hay otro problema añadido: algunas especies no pueden desplazarse, como la merluza, el gallo o el rape. Se reproducen menos por el cambio de temperatura, por lo que hay menos cantidad, y esto podría ir empeorando año tras año.
En el caso del chocolate, tal y como informa Christian Bunn', investigador del Centro Internacional de Agricultura Tropical, en declaraciones al diario El País, "con el aumento de las temperaturas y el aumento de incertidumbre de precipitaciones, la producción de cacao se verá afectada, porque es dependiente de un clima con lluvias homogéneas y abundantes y sostiene temperaturas cálidas, pero no se sabe si podría aguantar temperaturas más altas. Nuestras proyecciones muestran, además, que en el oeste de África, de donde proviene el 60% de la producción global del cacao, un 90% del área se verá afectada negativamente. Y, sin adaptación, casi toda esa área tendrá problemas graves".
Estos son solo algunos ejemplos de lo que el cambio climático podría provocar, puesto que también podría llegar a afectar al café, a los plátanos, y a una inmensa cantidad de cosechas como la de las lechugas, el brócoli, las espinacas, las acelgas... Otro tanto de lo mismo sucede con los cítricos, con los garbanzos y las lentejas (que ahora estamos exportando, puesto que no tenemos suficientes). Si el cambio climático continúa empeorando, la situación también lo hará, y será imposible solucionarlo. Ahora es el momento para cambiar, para tratar de paralizar esta cambio; dentro de unos años será demasiado tarde.