Se llama CBD y es un compuesto de la marihuana que, aislado, produce la sensación de relajación y calma del cannabis sin los efectos adversos como mareos o, básicamente, adormecimiento.
Este compuesto, por tanto, permite cumplir con nuestro trabajo o realizar acciones como la conducción de vehículos con total solvencia. De esta forma, los usuarios de cannabis pueden tener algunos de los efectos que le produce la sustancia dejando de lado los más incapacitantes.
En concreto, el CBD (cannabidol), permite alterar ligeramente la conciencia, mejorar el estado de ánimo levemente, provoca relajación y, paradójicamente, aumenta el estado de alerta. Sin embargo, la sustancia no promete 'colocar' de la misma forma que produce, por ejemplo, un cigarrillo de marihuana.
El cannabidol constituye el 40% de los componentes de la planta, y tiene una diferencia fundamental con el tetrahidrocannabidol, el THC: no tiene efectos psicoactivos ni da pie a la borrachera cannábica.
En este caso, la ausencia de THC evita las sensaciones de euforia, los mareos, el hambre voraz y la letargia. Algunos expertos aseguran que el CBD, por su parte, tiene efecto en estabilizar el ánimo, antipsicótico y de reducción del dolor muscular.
Su venta y distribución es legal y se realiza, tradicionalmente, a través de internet. La forma de presentación habitual es en cápsulas y pastillas. Y no es nada barata: a razón de 45 euros por unidad.
Se puede usar en el trabajo, aunque es recomendable para aquellos que acuden a su puesto diariamente ante un ordenador, en una silla y una mesa. En caso distinto, si es obrero de la construcción, es recomendable que se tomen tras la jornada laboral. Por seguridad.
