Pablo Casado ha terminado dando la razón a los barones (especialmente el andaluz Juanma Moreno y el gallego Feijóo) y ha terminado apartando a la que calificó como "Messi del PP", su ya exportavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo.
Lejos queda la época (solo ha pasado un año) en la que Cayetana era objeto de fotografías con sus compañeros de partido, muchos de los cuales querían verse retratados con una persona que consideraban en claro ascenso.
Su defenestración, sus ataques públicos y la guerra abierta que mantiene ahora con el partido han llevado a que Cayetana se sienta como una especie de "apestada" en el partido.
Su exclusión del grupo de 44 parlamentarios que pueden ir al Congreso por la reducción de aforo ante la pandemia es la última "humillación" que aprecia la exportavoz. Lejos de lo que sucedía hace doce meses, cuando era paseada por todo tipo de medios de comunicación, ahora se ha visto obligada a coger una cámara y grabarse en su casa para trasladar un mensaje en Youtube... donde critica diariamente a su formación.
Dicen las malas lenguas que Cayetana Álvarez de Toledo tiene dos intenciones con la decisión de mantener su escaño (con el que ha renunciado a varias ofertas de medios de comunicación): o montar un grupo rebelde en el Congreso a las directrices ajenas de Génova o, por el contrario, tener un altavoz que sirva como trampolín para transformar su propia plataforma, Libres e Iguales, en un partido político.
El enésimo en la derecha, sí, aunque no sería la primera vez que se ve tal fragmentación: que se lo digan a los postconvergentes, que ahora mismo acumulan ya siete marcas distintas.
Dar la espalda
En estos momentos, el PP ha optado por hacer el vacío a Cayetana Álvarez de Toledo. Después de haber sido excluida de todas las comisiones por las que había mostrado preferencia, ahora su partido siquiera se muestra dispuesto a amonestarla por criticar públicamente.
El objetivo es claro: no victimizarla, que no encuentre a nadie enfrente en su particular batalla contra el partido y que sus ataques terminen viéndose difuminados como ruido. De hecho, nadie en el PP se ha molestado en salir a desmentir sus acusaciones y simplemente se ha recordado que no acudió al último pleno a pesar de que estaba invitada.
Cayetana, que en pocos días ya acumula más de 16.000 seguidores en Youtube, sin embargo tiene dificultades para trasladar su particular 'guerra cultural' a los medios. Toda la atención se ha centrado en los ataques a su antiguo partido. Habrá que esperar para comprobar ahora qué tipo de papel tendrá como parlamentaria.
