Albert Solà, el hombre que llevaba décadas afirmando ser hijo ilegítimo del rey Juan Carlos I, fallecía el pasado 8 de octubre de manera fortuita mientras se encontraba en un bar de la localidad de La Bisbal de l'Empordà, donde residía.
Su fallecimiento ha despertado todo tipo de especulaciones, especialmente si tenemos en cuenta que tenía lugar una semana antes de que se emitiese su entrevista en el programa '¿Quién es mi padre?', de Telecinco, en el que se trataría su relación con el emérito.
Precisamente el espacio presentado por Carlota Correado ha hecho público en el informe preliminar de la autopsia de Solà antes de la emisión de la entrevista.
"Hay una investigación abierta y esto es una realidad, porque las circunstancias son extrañas. Otra cosa es que se cierre el caso o no se cierre. En La Bisbal ya se está reclamando que se haga una segunda autopsia", decía la gallega, afirmando que la causa de la muerte de Albert Solà no sería otro que el de un infarto de miocardio.
Si bien con este resultado la investigación se daría por cerrada, cabe la posibilidad de que la familia del fallecido quiera seguir adelante con ella. "Los ánimos en el entorno de Solà están muy caldeados, es muy probable que se planteen pedir un segundo análisis del cadáver", ha insistido Corredera.
El producto por La Fábrica de la Tele también ha tenido acceso a las imágenes de las cámaras de seguridad del bar en el que Solà murió. Unas cámaras que media hora antes de su muerte fueron giradas, evitando que se grabase el momento de su defunción y que, minutos después de ser certificada, volvían a apuntar a su lugar original.
¿Primogénito?
Albert Solà aseguraba ser hijo ilegítimo Juan Carlos de Borbón y presentó una demanda para ser reconocido como hijo primogénito del rey emérito, que no fue admitida a trámite en 2015 por el Tribunal Supremo al "no aportar el principio de prueba" exigido por la ley y por "no contener un relato de hechos mínimamente coherente y razonablemente verosímil".
En 2019, Solà publicó una autobiografía titulada El monarca de La Bisbal (Ediciones B), y recurrió la sentencia del Supremo, pero el Tribunal Constitucional tampoco admitió el recurso de amparo.