La Generalitat de Cataluña ha ordenado el cierre de bares y restaurantes durante los próximos 15 días, de manera que solo podrán funcionar a domicilio.
Los centros comerciales solo podrán abrir al 30% del aforo en el caso de grandes superficies y tiendas de más de 400 metros cuadrados. Los gimnasios siempre tendrán cita previa y aforo del 50%, al igual que cines y teatros. Los parques infantiles cerrarán a las 20 horas.
La Generalitat también ha recomendado imponer el teletrabajo siempre que sea posible. Además, se prev é la suspensión de todas las ferias, congresos y convenciones; además de salas de juegos y parques de atracciones.
Las actividades deportivas no profesionales también se suspenden, por lo que no se podrá jugar, por ejemplo, al fútbol entre amigos, aunque sí acudir a entrenamientos profesionales.
Estas medidas se unen a las adoptadas por las universidades, que han suspendido sus clases presenciales. Mientras tanto, escuelas e institutos sí permanecen abiertos, igual que las actividades extraescolares, en aras de garantizar el normal proceso de desarrollo de los menores.
Con todo ello, la Generalitat quiere reducir al mínimo la movilidad y las interacciones sociales. Por el momento no se plantean los confinamientos perimetrales, como sí se han adoptado en Madrid. A diferencia de lo sucedido en esta región, donde se han aplicado medidas en función de la incidencia, la Generalitat aplica un programa de máximos, es decir, medidas drásticas para el conjunto del territorio.
La restauración ya llevaba en el ojo de las autoridades durante varias semanas, puesto que es un punto de socialización en el que se quitan las mascarillas, se concentran personas de distintos puntos y se habla más alto, dando lugar a focos de contagio que luego se dispersan.
El secretario general del Departamento de Salud, Marc Ramentol, admite que el sector ha cumplido, pero que es "uno de los lugares po antonomasia de la interacción social". El sector hostelero, junto al PSC (espcialmente el vicealcalde de Barcelona, Jaume Collboni, socio de Colau y PP, han criticado la medida y auguran un gran daño económico, por lo que piden un término medio en este punto. Los hosteleros también han criticado la falta de un plan de ayudas económicas, puesto que el único plan del que disponen durante los próximos 15 días será la venta a domicilio y los ERTE.
Objetivo: no llegar al escenario de Madrid
Sin embargo, la Generalitat se ha fijado un objetivo muy claro en este contexto: evitar a toda costa que el escenario epidemiológico catalán pueda dibujar un horizonte similar al que finalmente se ha desarrollado en la Comunidad de Madrid.
El hecho de haber cruzado la barrera psicológica de los 1.000 hospitalizados, 1.024 según la Generalitat (que no consensúa datos con el Ministerio de Sanidad) ha llevado a tomar medidas drásticas para doblegar cuanto antes la curva de contagios en la región.
Los hospitales se encuentran en estos momentos en una situación de alerta ante el auge de contagios y temen un escenario como el de marzo ante un hipotético aumento de casos, aunque todavía no han tendido que suspender actividad para atender a pacientes de coronavirus.