El machismo es uno de los problemas más graves a los que tiene que hacer frente a la sociedad. Hay muchas formas de perpetrar violencia machista y las mujeres las sufren todas, en mayor o menor medida. No solo se trata de agresiones físicas, también puede darse a través del control, maltrato psicológico, de anularlas y eso por no hablar de cuestiones como la brecha salarial o la revictimización que sufren cuando denuncian.
Lejos de ser un problema de generaciones más adultas, entre los jóvenes estas dinámicas se están reproduciendo y multiplicando. Por ejemplo, en Cataluña, según recoge El Periódico, en solo dos años la atención a víctimas de agresores de entre 14 y 17 años ha aumentado un 45% a partir de datos de la Conselleria de Justícia.
Otro dato preocupando nos lo ha dejado el confinamiento impuesto durante los primeros meses de la pandemia. Sin salir de Cataluña, la Generalitat atendió a 200 mujeres que compartían techo con su agresor y las atenciones hechas por el Institut Català de la Dona ascendieron un 95% en comparación al 2019, lo cual representa más de 44.700 atenciones.
Reeducar a los hombres
Pero el machismo no afecta solo a las mujeres pese a que estas son las que sufren sus peores consecuencias. El sistema heteropatriarcal también atraviésenla a los hombres a través de la educación y de los roles de género que le son impuestos. Así, si queremos cambiar las cosas, además de atender a las víctimas, también hay que reeducar a los hombres. Por suerte, cada vez son más los que optan por deconstruirse y dejar atrás el papel de "machirulo".
Con este objetivo, la Generalitat de Catalunya, según recoge el medio anteriormente citado, está trabajando para abrir tres centros de atención a los hombres a finales de 2021. En ellos se pretende hacer terapias a personas que, voluntariamente, quieran deshacerse de los roles de masculinidad tóxica que les permita mantener relaciones igualitarias y sanas con las mujeres. Además, estos centros también ofrecerán charlas e información sobre nuevas masculinidades en colegios, institutos o centros de trabajo.
"Debemos poner el foco en los hombres, en romper los roles de masculinidad que les llevan a actuar de forma violenta", ha explicado Montse Sánchez, subdirectora general de Lucha contra la Violencia Machista de la Conselleria d'Afers Socials. "A nivel social, los hombres que no adoptan roles violentos son atacados, y el rol violento es premiado. Debemos acabar con esto y reeducar a los hombres", añade.