El trágico caso de Julen ha tenido durante dos semanas a toda España pendiente. Todos albergábamos una pequeña esperanza de que el niño siguiera vivo, y eso nos mantenía pendientes de que la historia se resolviera.
Pero lo cierto es que gran parte de la responsabilidad del protagonismo de esta historia se debe a los medios de comunicación. Multitud de cadenas de televisión han tratado el tema casi 24 horas al día y siete días a la semana.
'El programa de Ana Rosa', 'Espejo Público' o incluso 'Sálvame' tenían entrevistas, imágenes en directo del rescate, análisis del perfil del niño y los padres y multitud de reportajes que se adentraban en la vida de la familia con el fin de generar contenido alrededor de esta tragedia.
Por esto, el Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) pretende analizar el tratamiento mediático que han realizado las cadenas de televisión públicas y privadas de ámbito nacional, local y autonómico. Según el comunicado que han compartido, existe "la posibilidad de que se hayan vulnerado derechos fundamentales de los familiares del menor".
El portavoz del Consejo ha hablado con el diario ABC y le ha comunicado que el organismo comenzará con la investigación sin que exista una denuncia previa para recoger todo este "revuelo suscitado". Aún así, los resultados aún tardarán semanas.
La similitud con el caso de Gabriel
La institución pide a los medios de comunicación que "mantengan un respeto absoluto de los derechos fundamentales de las personas involucradas en los mismos, como el derecho a la intimidad, al honor y a la propia imagen".
Un caso similar se dio con la desaparición del pequeño Gabriel a principios del 2018, donde la programación de la mayoría de las cadenas cambiaba para albergar programas especiales analizando el caso a fondo. El Consejo Audiovisual andaluz ya analizó este caso y otras tragedias y sucesos violentos similares.
El CAA, además, avisa a las televisiones de que han de huir "del amallirismo y de la espectacularización de estos casos" y deben acudir "siempre a fuentes fiables" y evitar "la difusión de bulos que contribuyan al desasosiego de los familiares afectados por la tragedia".
