La primera diiligencia del Departamento de Biología de la Guardia Civil no ha podido encontrar restos de ADN en los coches de los implicados. El triple crimen de Alcàsser continúa cargado de incógnitas después de 29 años del hallazgo de los cadáveres de las tres chicas.
Los coches que han sido investigados son un Opel Corsa de color blanco y un Seat Ronda azul, propiedad de Miguel Ricart y Antonio Anglés, prófugo de la Justicia y principal sospechoso. En la segunda digilencia se cuenta con poder comparar las muestras con las de otros siete hombres sospechosos desde el inicio de la investigación.
Entre esos hombres se encuentran tres hermanos de Anglés, así como de Miguel Ricart, único condenado por los crímenes a día de hoy. Los demás, son amigos o conocidos del prófugo, algunos de ellos relacionados con la venta o consumo de estupefacientes.
Estas pruebas genéticas fueron solicitadas en Octubre de 2021 por el equipo del criminólogo canario Félix Ríos, quienes se dedican, a través de la Asocaciación Laxshimi, a la revisión de crímenes y desapariciones sin resolver.
El informe pericial remitido al Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira (Valencia) ha revelado que los restos de ADN de los coches no son ampliables, lo que quiere decir que no ha sido posible su comparación con el de los sospechosos. Entre las muestras se encuentran hisopos frotados contra diferentes partes de los vehículos, además de evoltorios, pelos y pequeños objetos.
Se realizará una segunda diligencia, a cargo del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid y Barcelona. En ella, analizarán una nueva red de elementos encontrados en varios escenarios del crimen como la caseta de La Romana, la fosa o en los ropajes de las víctimas.
29 años después, la investigación continúa
Ya han pasado 29 años del hallazgo de los cuerpos de Miriam, Toñi y Desirée, las tres chicas de entre 14 y 15 años que desaparecieron durante dos meses antes de que dos apicultores encontrasen sus cuerpos en un paraje cercano al pantano de Tous denominado La Romana.
Anglés es actualmente uno de los prófugos más buscados de toda Europa, su paradero sigue desconocido. La investigación judicial, aunque agotada por todo lo sucedido, mantiene la vía abierta para la localización del desaparecido. Se le perdió la pista en una bahía de Dublín, mientras viajaba como polizón en un barco.
Cuando llegó la policía tras descubrir que estaba en ese barco, ya se había ido. Todavía se desconoce cómo Anglés logró salir de ese barco. El capitán, en varias entrevistas, declaró que "alguien tuvo que dejarle salir y haber recolocado la madera. No pudo escapar de ese camarote sin ayuda".