28 años después del triple crimen de las niñas de Alcàsser, el informe de un laboratorio especializado arroja nuevos datos sobre los huesos hallados en junio de 2019 por una pareja en el lugar donde fueron enontradas las víctimas. Las pruebas de ADN han determinado que los restos óseos corresponde a una de las niñas: Miriam García.
Según informa el diario Las Provincias, que cita fuentes jurídicas del caso, "los resultados son coincidentes". También el padre de Miriam ha confirmado a ese medio la información: "Los huesos son de mi hija. Me lo han dicho por escrito".
Fue en junio de 2019 cuando una pareja acudió a visitar el paraje de La Romana, donde fueron asesinadas y enterradas las niñas, a raíz del estreno del documental de Netflix 'El crimen de Alcàsser', que recordó aquel caso que conmocionó al país en los años 90. Allí se toparon con los restos de unos huesos de pequeño tamaño.
Tras el hallazgo, recogieron y envolvieron los restos para llevarlos al cuartel de la Guardia Civil de Oliva, desde donde fueron trasladados posteriormente a la comandancia de Valencia y a Madrid después para su análisis.
Los restos se cotejaron con dos de las familias, concretamente con la madre de Desirée, Rosa Folch, y el padre de Miriam, Fernando García, ya que no constaba que faltase ninguna falange a la tercera víctima, Toñi. Finalmente los resultados han determinado que pertenecen a Miriam, que tenía 14 años en el momento de su asesinato.
Los resultados ya se han enviado al Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira, encargado del caso. Después de estos nuevos datos, la jueza de Alzira podría ordenar a la Guardia Civil que cribe otra vez la tierra de la fosa para recoger otros pequeños restos óseos que podrían hallarse en el recóndito paraje de Tous.
El caso que conmocionó a España
El asesinato de las tres niñas de Alcàsser es uno de los crímenes más oscuros de la historia reciente de España. Fue el 13 de noviembre de 1992 cuando Miriam, Toñi y Desirée salieron de casa de su amiga Esther por la tarde para acudir a la discoteca Coolor en Picassent. Aparentemente las jóvenes hicieron autoestop, aunque jamás llegaron a su destino.
Al día siguiente comenzó su búsqueda, aunque la ausencia de pistas ha sido una constante en el caso. No fue hasta el 27 de enero de 1993 cuando se encontraron sus cadáveres enterrados en una fosa del paraje de La Romana. La autopsia determinó las vejaciones, torturas y violaciones a las que fueron sometidas las menores, convirtiendo el suceso en un caso especialmente doloroso.
Pocos días después, Miguel Ricart fue detenido por los hechos mientras que el otro sospechoso, Antonio Anglés pudo huir y a día de hoy todavía continúa en paradero desconocido. El primero, por su parte, cumplió 21 años de prisión.
Lo mediático del caso y las continuas teorías que sospechaban que la sentencia había sido una tapadera para encubrir a un grupo criminal compuesto por políticos y empresarios poderosos, provocaron que el conocido como Caso Alcàsser arraigara con fuerza en la sociedad española.