El todavía líder del PP, Pablo Casado, prepara su futuro. Lleva desde 2004 vinculado a la formación conservadora, donde experimentó un ascenso meteórico y ahora, 17 años después de su elección como presidente de Nuevas Generaciones de Madrid, afronta un giro que podría llevarle a una vida fuera de la política, donde no tenía una experiencia excesivamente abultada.
Casado seguirá siendo, previsiblemente, líder del PP hasta el congreso del 1 y 2 de abril, cuando previsiblemente será elegido nuevo líder de la formación conservadora el actual presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo. Todo apunta a que Casado dejará el escaño en el Congreso, el mismo que quedó vacío en el último pleno en el Congreso, junto a Cuca Gamarra, símbolo de la nueva situación generada en el PP.
El futuro que ahora se abre para Pablo Casado es una incógnita. En la pasada Junta Directiva Nacional, sus compañeros aseguran que sigue sin asimilar el terremoto que ha terminado con él en la calle, según publica el diario ABC: "Está destrozado", "No da crédito, "Está desbordado", son algunos de los comentarios.
Si abandona su escaño, Pablo Casado tendrá derecho a una indemnización por cese que el Congreso abonaría a su presupuesto. La indemnización se correspondería a una mensualidad de la asignación constitucional por cada año de mandato parlamentario y hasta un límite máximo de veinticuatro mensualidades. Se abonará mensualmente. Es incompatible con cualquier otro tipo de retribución, sueldo o indemnización. Si sigue trabajando, no cobrará del Congreso y si recibe una indemnización del PP, tampoco.
Una nueva vida
En su entorno ven factible que Pablo Casado pueda abandonar España por una temporada y recuperar una oferta de una multinacional en París que tenía sobre la mesa cuando se presentó a las primarias del partido. Otros le sitúan en Estados Unidos, aunque son suposiciones basadas en conversaciones con su entorno.
Aseguran que no tendrá problemas para encontrar trabajo ni posibilidades. No ha trabajado prácticamente en el sector privado, pero es abogado y economista, colegiado en Madrid, tiene inclinación especial por las relaciones internacionales y, sobre todo, ha estado bien relacionado.
Durante su etapa como jefe de gabinete de Aznar, ya en la etapa de expresidente del Gobierno, viajó por múltiples países y conoció a varios mandatarios mundiales, profundizó en el área internacional, especialmente el Atlántico Norte e Iberoamérica. Por ello, creen que se decantará por algo relacionado con el ámbito internacional.
Todos creen que todo pasará por reinventarse y creen que tendrá capacidad para ello, sobre todo, porque sus posibilidades en el partido son escasas. A pesar de que será un expresidente, no habrá tocado poder como sí lo hicieron Aznar y Rajoy, algo que da cierta pátina de autoridad interna.
Bien es cierto que no hay intención de hacer una expulsión como la pedida por Ayuso, de aquellos que "impulsaron una campaña contra ella", como aseguró el presidente del comité organizador del congreso, Esteban González Pons. Por ello, no se descarta que en un futuro, a medio plazo, se pueda ofrecer a Casado algún tipo de puesto más simbólico que ejecutivo que ejecutivo. Otra cosa es que él quiera aceptarlo. Y, si acaso, algo relacionado con la política internacional.