El fallecimiento de Carmen Polo de Franco ha reavivado muchas de las luchas y polémicas por el patrimonio de la única hija del dictador. Dentro de un legado inmenso de propiedades que encabeza sin duda el Pazo de Meirás, en A Coruña se encuentra otro gran edificio no exento de polémica: La Casa Cornide.
Ahora, gracias al estudio de los investigadores Carlos Babío y Manuel Pérez Lorenzo, se ha descubierto que la propiedad de este inmueble escondió una gran trama de corrupción orquestada únicamente para que la familia de Franco tuviera un palacete en pleno centro histórico coruñés.
Todo este enredo queda descubierto en el libro 'Meirás. Un pazo. Un caudillo. Un expolio', en el que los dos investigadores destapan algunas de las tretas del régimen para aglutinar en propiedad infinidad de inmuebles en beneficio del dictador.
Un deseo de Carmen Polo
Respecto a la Casa Cornide, uno de los inmuebles que quedan en herencia tras la muerte de la primogénita de Franco, su historia se resume en el capricho de Carmen Polo por tener una vivienda lujosa en pleno centro de A Coruña.
El palacete, de más de 800 metros cuadrados y tres plantas, era propiedad del Ministerio de Educación, tras haber sido durante años dueño el Ayuntamiento de la localidad. El Consistorio lo había recibido tras la muerte del humanista Juan Cornide, encargado de la reforma del inmueble, tal y como indica el diario Público. Tras haber sido sede del Ayuntamiento y un colegio, el capricho de los Franco desembocó en una subasta pública completamente amañada con el único fin de hacerse con la propiedad.
Carmen Polo, natural de Oviedo, puso los ojos en la propiedad y no cesaría hasta hacerla suya. La morriña hacia su Galicia natal desde el Palacio del Pardo era más que suficiente para unir al Ayuntamiento, el Ministerio de Educación y el Ministerio de Hacienda en un complot que permitiera ceder la propiedad al dictador sin parecer un expolio ni nada parecido.
En propiedad por 300.000 pesetas
El proceso de adquisición de la Casa Cornide es el gran descubrimiento de Babío y Pérez Lorenzo. Tal y como indican los historiadores, primero una permuta entre el Ministerio de Educación y el Ayuntamiento de A Coruña para devolver el palacete al Ayuntamiento, y luego una subasta en manos del Ministerio de Hacienda fue suficiente para entregar la propiedad a los Franco.
En la subasta pública en teoría, el dictador confiaría en su amigo Pedro Barrié de la Maza para la puja. De la Maza, presidente del Banco Pastor, se enfrentaría al subjefe del movimiento en A Coruña, también colocado para la situación. Una vez el banquero se hizo con el inmueble, in situ confirmaba que la adquisición iba a ser un regalo hacia la esposa de Franco para que así pudiera vivir el periodo estival en una ciudad como A Coruña. Tener una casa menos ostentosa y más manejable que el Pazo de Meirás era el objetivo de los Franco, que en apenas un par de trámites se habían hecho con ella sin perturbar la honorabilidad y justicia de la que presumía el régimen.
Aún prosigue la polémica
El hecho de que uno de los inmuebles más relevantes del centro histórico de A Coruña quede en manos de la familia de Franco no hace más que generar críticas entre la sociedad gallega. De hecho, a finales del pasado mes de septiembre miembros del Bloque Nacionalista Galego (BNG) decidieron iniciar una protesta en el balcón de la Casa Cornide. Bajo el eslogan "Que nos devuelvan lo robado. Franquismo nunca más", la formación política reivindicaba "el patrimonio gallego expoliado a la sociedad".
Junto a ello, el Ayuntamiento de Santiago de Compostela también inició acciones legales hacia Carmen Franco a finales de año, a fin de recuperar dos esculturas que se encuentran en el interior de la Casa Cornide. Siendo dos figuras compradas por el Ayuntamiento de Santiago en 1948, sin testigo de ningún tipo de cesión legal acabaron en manos de la familia Franco, tal y como indica 'El ideal gallego'. Esta es buena muestra de que la pugna por la Casa Cornide no solo reside en el inmueble sino también en muchas de sus propiedades.
Tras la muerte de Carmen Polo y Franco, el palacete pasará a ser uno más de los puestos en herencia para la familia de la hija del dictador, y se presume una lucha importante con el fin de recuperarlo para el patrimonio local coruñés.