El pasado 14 de marzo, Pedro Sánchez, presidente de Gobierno de España, envió una carta a Mohamed VI, rey de Marruecos, en el que le informaba de un cambio de postura español sobre el Sáhara Occidental. Parte del contenido de este escrito fue desvelado por Rabat el 18 de marzo, pero ahora la carta completa ha sido publicada por el diario El País.
En ella, el presidente de Gobierno repite hasta en tres ocasiones sus intenciones de "inaugurar una nueva relación" entre los dos países que se encuentran en una crisis diplomática desde hace diez meses, haciendo alusión además a que los dos Estados están "indisolublemente unidos" por múltiples razones, sobre todo geográficas. "Debemos construir una nueva relación que evite futuras crisis", dice el texto.
La misiva tiene de extensión un folio y medio y en ella están escritos apenas seis párrafos. De estos el más importante es el tercero, donde Sánchez habla explícitamente de la cuestión del Sáhara Occidental: "Reconozco la importancia que tiene la cuestión del Sáhara Occidental para Marruecos y los esfuerzos serios y creíbles, en el marco de Naciones Unidas, para encontrar una solución mutuamente aceptable. En este sentido, España considera que la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo", expresa el presidente de Gobierno.
De esta forma, Pedro Sánchez se abre a la postura de encontrar una solución en los parámetros fijados por la ONU. Además, el presidente del Ejecutivo subraya que España "actuará con la absoluta transparencia que corresponde a un gran amigo y aliado".
Garantizar la estabilidad territorial
Asimismo, el presidente insta al rey marroquí a que se produzca un encuentro lo antes posible entre los dos países para "renovar y profundizar en la relación privilegiada" que mantienen. Sánchez no menciona a Ceuta y Melilla en ninguno de los párrafos pero asegura que todo lo que hagan ambos países será para "garantizar la estabilidad e integridad territorial", como alusión a que la soberanía de estas dos ciudades españolas debería dejar de ser objeto de disputa con Marruecos.
El presidente incide en "la abstención de toda acción unilateral" y escribe también sobre el fenómeno de la inmigración, un tema también recurrente en las relaciones diplomáticos con Marruecos y al que el presidente anima a "afrontar juntos los desafíos comunes; especialmente, la cooperación en la gestión de los flujos migratorios en el Mediterráneo y el Atlántico".
