La carne mechada de Magrudis comercializada como marca blanca por Comercial Martínez León también ha dado positivo en listeriosis. Esta línea de producto había estado mal etiquetada y solo se ha conocido su vinculación tras la denuncia realizada por un cliente de los productos 'La Mechá'.
La carne de La Mechá fue inmovilizada en la fábrica el pasado viernes por técnicos del Ayuntamiento de Sevilla y bajo orden de la Junta de Andalucía. La medida se produjo ocho días después de que se decretase la alerta sanitaria por estos hechos.
La alarma con Martínez León se produjo cuando el dueño de un bar de Brenes (Sevilla) recibió una llamada de la empresa pidiendo que retirara de la venta los alimentos. Fue entonces cuando se avisó al Consistorio hispalense, que pudo inmovilizar la mercancía tras acceder a las instalaciones (gracias al permiso de un familiar, ya que el dueño se encontraba de vacaciones).
Los técnicos han analizado el catálogo de productos de La Mechá y han señalado aquellos que se encuentran afectados. Hablamos de la carne mechada, el lomo al jerez y el lomo al pimentón. Además, aún falta conocer los resultados que arrojan la pringá y la crema mechá, que se encuentran en laboratorio. Por su parte, el chicharrón andaluz, la manteca colorá, la zurrapa de lomo y la zurrapa de hígado han dado negativo en todas las pruebas.
La cantidad de alimento contaminado distribuida por la marca blanca Comercial Martínez León no era especialmente elevada, asegura la Junta, aunque no ha concretado cifras. Tampoco se ha señalado cuándo se inició la alerta desde el dueño hacia los proveedores, un dato crucial para determinar hasta qué punto ha habido alimento de La Mechá circulando bajo otra denominación y sin tener constancia de ello: "Es competencia de la empresa dar esa información y retirar de la circulación los productos por el riesgo evidente", ha asegurado el vicepresidente regional Juan Marín.
200 clientes
El nombre de Comercial Martínez León aparece en la lista de 200 clientes que Magrudis cedió a la Junta de Andalucía con el objetivo de controlar la alerta sanitaria disparada por el brote de listeriosis.
Sin embargo, en ningún caso se había indicado que el producto de la empresa sevillana se estaba repartiendo en régimen de marca blanca, es decir, con otra marca y embalaje. Además, un fallo en el etiquetado impedía localizar a la empresa productora, la afectada, por lo que los consumidores no habían contado con las herramientas necesarias para proteger su salud.
Por ello, el Ministerio de Sanidad considera que se trata de una irregularidad que supone "una gravísima deficiencia de comercialización con un etiquetado incorrecto, que de ningún modo permitiría ser comercializado".
