"Llamé al 112. Mi hijo se quedó desplomado. 'Su hijo está perfectamente', nos respondieron. Tuvimos que llamar cinco veces a Emergencias, hasta que se ofrecieron a mandar una ambulancia. Intentamos reanimarlo pero no supimos. Aitor entró en coma y falleció". Este es el duro testimonio con el que Carmen Ruiz, la madre del joven muerto mientras esperaba una ambulancia en Navalcarnero, relata la dura experiencia que tuvo que vivir reclamando atención médica a un operario del 112.
La situación coge perspectiva teniendo en cuenta dónde vivía Aitor García, el joven fallecido: la localidad de Navalcarnero se encuentra en las cercanías de Móstoles, con dos hospitales públicos, pero ellos no tenían medios de transporte y menos en una situación de tal emergencia. La familia no comprende la atención recibida y ahora reclama justicia. Así fue la llamada en la que le negaron la atención médica:
#ÚltimaHora ???? Estremecedor audio del médico que negó ayuda a un joven antes de morir. pic.twitter.com/JDVECWKADa
— EL MUNDO (@elmundoes) November 7, 2019
Sin embargo, mientras continúan los cauces legales, la madre también ha iniciado una campaña de recogida de firmas en Change.org. El objetivo: que la Comunidad de Madrid revise todos sus protocolos con el objetivo de evitar nuevas negligencias de este tipo. En el momento en el que se escriben estas palabras lleva más de 110.000 apoyos, a la espera de conseguir los 150.000 necesarios. La iniciativa se puede apoyar pulsando en este enlace.
En una carta publicada también en Change.org, Carmen recuerda todo lo sucedido: "No sabes la de veces que nos tortura este recuerdo. Nuestro hijo murió tras aquella mañana, pero él no fue el único, nosotros nos morimos con él. Si Aitor hubiera fallecido pero la respuesta de emergencias hubiera sido la adecuada, yo estaría igualmente llorando en mi casa como estoy ahora, pero con esta rabia que tengo dentro y que no me deja seguir".
"No hay derecho a que una persona con toda la vida por delante le arrebaten la vida de esta manera"
La madre aprecia una negligencia en todo lo sucedido y denuncia las duras consecuencias que comportó: "Habían pasado más de 20 minutos cuando llegó la primera ambulancia, y ya era demasiado tarde. No hay derecho a que a una persona que tenía toda la vida por delante le arrebataran la vida de esta manera. A menospreciar mi angustia, a decirme que 'deje de llorar', que no sirve para nada, a insinuar más de una vez que mi hijo 'habría tomado algo'. No hay derecho... Por eso yo no me voy a callar. No puedo".
La Comunidad de Madrid ya ha abierto una investigación por todo lo sucedido con el objetivo de depurar responsabilidades. Una medida que choca con las palabras de la propia presidenta, Isabel Díaz Ayuso (PP), que ha calificado la muerte del joven, literalmente, como una "anécdota". La madre disiente: "No lo es. Conozco otros casos similares que también acabaron con la muerte. Y habrá más que desconocemos porque no todo el mundo tiene las fuerzas para denunciar", ha lamentado.
"Por respeto a mi hijo, tengo que luchar para que esto no se vuelva a repetir"
Ante la dureza de la situación, Carmen pide ahora un cambio en los protocolos de actuación para que este tipo de circunstancias sean objeto del pasado: "Por respeto a mi hijo, tengo que luchar para que esto no se vuelva a repetir. Por eso he iniciado esta petición".
La reivindicación de la madre de Aitor es clara y la resume con las siguientes palabras: "Solicito a la Comunidad de Madrid que revise los protocolos de actuación del SUMMA 112 en casos como el de mi hijo Aitor, para que la desgracia que ocurrió en mi familia no le pase a nadie más. Cuantos más firmemos, más nos escucharán", ha escrito junto a la recogida de firmas.
La madre de Aitor lamenta todo el tiempo que han tardado en conseguir los audios de las llamadas, fundamentales para la denuncia: "Han estado meses y meses poniéndonos impedimentos para no enviarnos ni uno, pero por fin tenemos dos que demuestran que lo que estamos contando es la verdad. Nunca nos habíamos sentido tan solos como tras la muerte de Aitor. Enviábamos cartas, llamábamos por teléfono, poníamos reclamaciones y nadie admitía ninguna responsabilidad. No queremos que nadie se tenga que sentir tan solo como nos sentimos nosotros, y sobre todo no queremos que nadie muera como lo hizo nuestro hijo Aitor", se ha lamentado su madre.
