La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha afirmado en una entrevista en Cadena Ser que entiende que Pablo Hásel haya ingresado en prisión. "Pablo Hásel tiene un historial entero, se le están aplicando las normas de este país. Las normas se pueden cambiar, pero de momento tenemos que cumplirlas todos", ha declarado Calvo.
????DIRECTO | @carmencalvo_: "Todos los derechos tienen limitaciones porque si no, son impracticables"https://t.co/KIfxGyUeXshttps://t.co/1VX70AyWIS
— Hoy por hoy (@HoyPorHoy) February 18, 2021
Carmen Calvo también ha condenado las protestas en Barcelona y Madrid por la liberación de Pablo Hásel: "Ningún derecho se puede defender ni expresar con violencia". Ha continuado calificando la manifestación de "no procedente" y denuncia que ha habido muchos "detenidos, heridos y daños materiales". "Eso no se corresponde con la libertad de expresión de ninguna de las maneras", ha añadido la vicepresidenta.
Un nuevo enfrentamiento entre los socios de Gobierno
Respecto al tweet publicado por Pablo Echenique mostrando su apoyo a los manifestantes, la vicepresidenta ha recordado que como cargo público, hay que cumplir una serie de responsabilidades. "Una cosa es defender que una democracia sea exigente con la libertad de expresión y otra muy diferente es alentar a estar en una situación en la que ayer vimos detenidos y heridos", ha declarado Calvo.
Todo mi apoyo a los jóvenes antifascistas que están pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles. Ayer en Barcelona, hoy en la Puerta del Sol.
— Pablo Echenique (@PabloEchenique) February 17, 2021
La violenta mutilación del ojo de una manifestante debe ser investigada y se deben depurar responsabilidades con contundencia
Carmen Calvo cree que hace falta una reforma para despenalizar ciertas expresiones de ideas, pero siempre por la vía democrática: "la democracia es dinámica, lo normal es que esté en constante evolución". La vicepresidenta también ha hablado de los límites a la libertad de expresión: "todos los derechos tienen limitaciones porque si no, son impractibles". Sin embargo, ha reconocido que "todo lo que no ponga en riesgo la seguridad de las personas no puede acabar con penas de privación de libertad".