El papel de aluminio es un producto muy empleado a la hora de envolver alimentos, que posteriormente se pueden transportar con facilidad para su consumo puntual en cualquier punto y a cualquier hora del día.
Este alimento facilita su conservación y evita un deterioro más rápido, así como permite que puedan cocinarse o calentarse con tranquilidad cuando sea procedente. Su gran facilidad y versatilidad han hecho de este elemento muy popular.
Su descubrimiento se produjo en 1910, cuando la empresa suiza J.G. Neher & Sons lo empleó para embalar tabaco y barras de chocolate. Su uso, desde entonces, ha ido aumentando en funciones.
¿Qué parte se debe emplear en alimentos?
Muchas personas han podido dudar sobre la posibilidad de que una de las zonas del papel de aluminio pueda resultar más tóxica que otra. Habitualmente, la parte brillante se emplea hacia fuera porque visualmente resulta más llamativa, aunque existen dudas al respecto.
Sin embargo, en la página web del fabricante se especifica que no existen diferencias entre ambas zonas. "No hay distinción a la hora de envolver y cocinar los alimentos. La presencia de una cara brillante o mate es debido al proceso de fabricación por el que pasa, ya que las capas al entrar en contacto con los rodillos quedan más brillantes", señala.
A pesar de la diferencia de aspecto, explican, "las propiedades del papel de aluminio no se ven afectadas en ningún momento por este proceso, puesto que es posible utilizarlo indistintamente por una cara u otra".